Te Amo.

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Las primeras semanas con Lucía en casa fueron un poco caóticas, en general no era una bebé que diera demasiada lata pero lidiar con ella y con los dos más grandes estaba siendo un poco complicado pero nada de otro mundo, aún así los dos nuevos pad...

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Las primeras semanas con Lucía en casa fueron un poco caóticas, en general no era una bebé que diera demasiada lata pero lidiar con ella y con los dos más grandes estaba siendo un poco complicado pero nada de otro mundo, aún así los dos nuevos padres estaban agotados pero muy contentos, en especial Esteban que llenaba de besos a su princesita todo el tiempo, a veces pensaba que la niña se hartaba de él e iniciaba un berrinche para que su mamá o la Tita viniera en su auxilio.

Las tías también estaban vueltas locas por la pequeñita, de hecho la que venía casi que a diario era Lucrecia, distraía a sus otros sobrinos para que Marcia tuviera un rato de paz y tranquilidad además de pasar rato largo con la pequeña en brazos; definitivamente iba a ser su consentida. Marcia vivía un post parto más ligero que con Rafa, sin embargo había estado asistiendo a terapia con una psicóloga por todo el estrés y trauma que vivió en el parto, todo desde su casa claro ya que le gustaba estar guardada hasta que la bebé empezará con sus vacunas antes de salir o sacarla.






– Mi amor — toca la puerta del estudio — ¿Ya terminaste tu sesión?

– Pasa cielo — apaga la laptop — Si hace unos minutos ¿Se despertó?

– Si pero esta tranquilita con su papi — sonríe entrando — ¿Qué tal te fue hoy?

– Bien, vamos avanzando a paso de tortuga pero ahí vamos ¿Y esa princesa que anda haciendo así toda desparramada sobre su papi? — también sonríe

– Es que ella es la consentida de papi

– De eso ya me dí cuenta pero Esteban la estas mal acostumbrando, todo el tiempo en brazos, después no va a querer estar en la carriola o en su cuna

– Sólo un ratito, ella necesita amor comprensión y apapachos

– Tiene todo eso — ríe — Pero esta bien, otro rato

– Creo que a veces le molesta que le bese con mi barba

– No esta acostumbrada a que los besos piquen

– ¿Debería de rasurarme?

– A mi me gusta pero si ya te aburriste de ella rasurate — se pone de pie — Ella se queja de que la besas demasiado, no de tu barba

– ¡Pero si ella ama los besos de papi!

– Los ama y no hay duda de eso pero a veces si te pasas — se acerca sobando la espaldita de Lucía — ¿Verdad mi amor? Tu papi se pasa de intenso a veces

– ¡Oyee!

– Luego la acuestas en la carriola por favor

– ¿Y tú que vas hacer?

– Comer algo, ahora que me la paso dándole pecho tengo hambre todo el tiempo

– Es que Lu come mucho — sonríe levantandola para darle besitos






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