5. Ayuda

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"¿Jefe?"

Thomas murmuró mientras giraba una tuerca debajo del auto en el que había estado trabajando toda la mañana. Después de un largo silencio donde Torres no dijo nada, se deslizó hacia afuera solo para no encontrar nada. Se rascó la cabeza, preguntándose si lo había imaginado, pero podría reconocer la voz del hombre donde fuera. 

"Espero que no te moleste, pero le di el auto a Torres el día del hoy." 

Girando la cabeza hacia el costado del auto, Thomas sonrió levantándose del piso para ir hacia donde estaba el ejemplar perfecto de un hombre de revista. Miles tenía una camiseta negra que le quedaba a la perfección junto con jeans y un par de zapatillas, e incluso cuando era una combinación tan normal, en él se veía lujoso y perfecto, además su apretado paquete de seis era visible a través de la delicada tela de la camiseta. No era justo. 

Le sonrió mientras se limpiaba las manos y buscaba alrededor. "¿Algo le sucedió?"

"Era hora de hacer el mantenimiento. No pude pensar en nada mejor que en traerlo aquí."

"Pudiste decirme con anticipación, habría trabajado en él personalmente." Señaló al Range Rover en el que estaba trabajando. "Es de un amigo, pero habría trabajado en el tuyo primero. Ya sabes, me gusta toquetearlo."

"Lo sé, pervertido." Miles sonrió, cruzándose de brazos y mirando hacia al frente. Entonces vio a Torres comenzando a buscar su equipo para comenzar el mantenimiento. "Por eso se lo dejé a un completo profesional, sin intenciones ocultas más que trabajar en él." Volvió a mirarlo, ojos revisando su pecho con atención antes de volver a mirarlo. Thomas sintió un cosquilleo curioso en el estómago. "Pensé que podría invitarte el almuerzo mientras, pero parece que estás ocupado."

"Puedo tomar un descanso. Alec vendrá después del trabajo, así que no tomará mucho tiempo." Se humedeció los labios, mirándolo con curiosidad. Vio los dedos y las uñas perfectas de su mano golpear contra su bíceps sin ritmo. Levantó una ceja. "¿Estás bien?"

"Sí. ¿Por qué no lo estaría?"

"¿Algo de lo que quieras hablar?" Metió el trapo en el bolsillo trasero de su pantalón y lo miró fijamente. "Quizás vas a decirme por qué me has estado evitando por una semana."

Miles se rió. "No te he estado evitando. Tuve un viaje de negocios, regresé ayer por la noche." 

"Ah. ¿De verdad? Pudiste haber dicho algo."

Los ojos miel lo miraron con atención, los dedos se detuvieron. "Pensé que estarías lo suficientemente ocupado con Ray, así que no quise entrometerme, sino darte tu espacio."

"Ajá." 

"Lo digo en serio. Tuve cosas que atender en Londres, nada especial pero necesitaban mi presencia allá." Se pasó una mano por el cuello. Thomas miró su cabello perfectamente recortado y peinado, las duras mejillas bien afeitadas y los labios gruesos, incluso su nariz tenía una perfecta punta que hacía su rostro simétrico y terriblemente envidiable. Siempre lo había pensando, pero Miles habría hecho gran dinero si se hubiera dedicado al modelaje. "No veo a Ray alrededor."

"¿De qué hablas?" Se carcajeó mientras pasaba a su lado, golpeando su hombro con el suyo sin fuerza. "Si tienes curiosidad, pero no quieres preguntar, no sucedió nada. Solo hablamos y luego esperé en el auto por media hora antes de que él saliera de la casa de sus padres para darme una caja con mis cosas. Aunque parece que ha madurado un poco y su aspecto es encantadoramente adorable, más robusto y descuidado." Abrió el maletero de su propio auto y sacó la bolsa donde tenía un juego extra de ropa. Tenían un cuarto de baño comunal en el taller, así que podría tomar una ducha antes de salir. Lo miró, conteniendo su sonrisa al ver la mueca de desagrada en el rostro de Miles. "El ambiente se sintió bien y relajado, su actitud parecía haber cambiado un poco o quizás solo estaba cansado. Escuché que ambos, Michelle y Ray, han estado trabajando duro para cumplir con la demanda de su padre."

same mistakes [historia corta)?]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن