Capítulo 20.

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La familia Joestar tenía sus orígenes en Inglaterra, siendo parte de la nobleza durante el siglo IX. Mientras el mundo y la sociedad europea e inglesa iban evolucionando, los Joestar perdieron su título como nobles, pero se mantuvieron como una respetada familia. Los logros destacados de la mayoría de sus miembros contribuyeron a que siguieran siendo una de las familias más respetadas en su natal Londres, siendo que en sus filas había desde soldados hasta altos académicos.

Los Joestar además de conocidos y respetados eran notablemente cercanos entre sí, manteniendo un contacto constante con lo miembros que se aventuraron a establecerse en otras naciones. A los miembros de aquella destacable familia se les inculcó el formar un círculo de apoyo entre sí, para poder ayudarse en cualquier circunstancia, especialmente si se encontraban en un territorio desconocido donde su nombre no bastaría para obtener credibilidad.

Kujo Jotaro, parte de la familia Joestar por medio de su madre, no era muy partícipe de aquella filosofía, pues desde su infancia aprendió a hacer independiente. El hombre supo desde muy temprana edad que el matrimonio de sus padres no fue aprobado por los hermanos de su madre, quienes no deseaban que se mudara a Japón, lo que provocó cierto distanciamiento durante un par de años, eso junto a las ausencias constantes de su padre, hicieron que creciera únicamente con su madre durante gran parte de su infancia. Siendo solo ellos dos, aprendió a valerse por sí mismo desde pequeño, siempre procurando tomar sus decisiones de manera prudente.

Sí, Jotaro era independiente y siempre pensaba cada uno de sus movimientos con detenimiento y era esa habilidad la que también le permitía darse cuenta de cuándo era necesaria la ayuda de su familia.

— Entonces ¿Jolyne se mudará contigo? — Cuestionó Jonathan como una forma de resumir las noticias dadas por su primo.

— Sí —.

Joseph compartió una mirada con su madre mientras una sonrisa maliciosa se formaba en los labios de Dio.

Los Joestar que habitaban en Massachusetts se reunieron aquella tarde del domingo 4 de junio en la casa de Elizabeth a pedido de Jotaro. Las reuniones y festividades familiares siempre se realizaban en la casa de la mujer, ya que técnicamente ella era la matriarca y líder de la parte de la familia que vivía en ese país y aunque ella nunca exigió ser vista como tal, sus sobrinos la respetaban y valoraban mucho su opinión.

Jotaro les había llamado a todos el día anterior para pedirles que se reunieran en casa de su tía porque tenía algo muy importante que decirles. Algunos como Joseph se imaginaron algunas cosas, mientras otros como Jonathan solo se preguntaban curiosos qué era lo que su primo podría decirles, sin embargo ninguno se esperaba una noticia como esa.

— Esa es una gran noticia — Dijo Jonathan como característico de su personalidad amable. — Cielos, hace mucho tiempo que no veo a la pequeña Jolyne, debe haber crecido mucho —.

— ¿Cuántos años tiene ahora? ¿6? — Preguntó Joseph.

— 5 — Respondió Jotaro. El hombre ocupaba el sofá individual de la sala y parecía ignorarlos a todos, tenía una mirada seria en los ojos, pero no parecía mirar a nadie.

— Oh, cierto 5... — Joseph cerró la boca y rodó los ojos hacia su madre en busca de ayuda.

— ¿Cuándo te llamó su madre? — Preguntó Elizabeth. La mujer lucía tan glamurosa como de costumbre incluso estando en su propia casa.

— El viernes —.

— ¿Y cuándo dijo que quiere que Jolyne se mude? —.

— Este viernes —.

— ¡¿Este viernes?! ¡¿Está loca?! — Exclamó Joseph exaltado.

— Joseph — Jonathan le llamó pidiendo que controlara su voz temiendo que los niños le escucharan.

Star Kids - Jojo's Bizarre Adventure Where stories live. Discover now