capitulo 2(los milagros si existen)

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Pov Becky]

5 años después...

Una vez leí que los milagros no existen, corrección, si existen. Y mi milagro ocurrió desde hace cinco años, mi milagro se llama Samantha, mi hija.

-Mami, ¿cuándo iremos al cine?-preguntó mi hija viendo la cartelera de una película animada infantil

-Pronto, hija.-le respondí tomando su manito y jalandola para seguir caminando

El clima en Tailandia era soleado, gente cursando por las calles, nada del otro mundo.
Mi pequeña iba viendo atenta las grandes tiendas que exivian juguetes, ropa, etc.
Durante el viaje a casa Sam me iba contando como le había ido en la escuela, y mencionó que la próxima semana sería el festival del día de las madres y que quería que yo y su mamá asistiéramos

-¿Qué vamos a comer, mami?-preguntó cuando pasábamos frente a un supermercado

-No lo sé mi amor, no me dió tiempo de hacer de comer. ¿Qué te parece si comemos Sushi?- Sam se alegró porque es su comida favorita

-Sí, mami. Comamos Sushi.-dijo emocionada y caminamos a un restaurante japonés

Entramos al restaurante que estaban situado a unas cuadras, era nuestro restaurante favorito de comida japonesa, ya que el dueño es nuestro amigo, Non Ratchanon.

Ordenamos todo para comer en el restaurante, ya que siempre comemos solo Sam y yo, Freen nunca come con nosotras porque ella siempre llega tarde del trabajo

-¡Non!-gritó mi pequeña

-Pequeñin.-cargó a mi hija.

Non es el dueño del restaurante, nos hicimos amigos cuando Sam tenía seis meses, desde entonces Non y yo formamos una linda amistad, y bueno, incluyendo a mi hija porque ambos se llevan muy bien.

-Becky, que gusto verte por aquí.-me levanté de mi aciento para saludarlo-¿Si las están atendiendo bien?-preguntó bajando a mi hija al suelo

-Sí, muchas gracias. Ya no te había visto.

-Mi novia y yo tuvimos que viajar a Estados Unidos por tres semanas y apenas ayer volvimos.

-Oh, que bien.-dije con una sonrisa

-Gracias. Yo las dejo comer, cualquier cosa me dicen.-asentí-Adiós enana.-le dió un beso en la frente a mi hija

-Adiós Non.-mi hija le sonrió

-Adiós Flaca, cuídense.-besó mi mejilla y se marchó

Después de treinta minutos, pagué la cuenta y salimos del restaurante, Sam iba feliz porque ya porque había visto a Non.

Cuando llegamos a casa Sam corrió a ver a su nueva mascota, Jack, un pequeño cachorro de la raza pug que le regaló mi padre hace unos meses

-Ah... yo también te extrañé, Jack.-el cachorro lamía la cara de mi hija provocando

-¿Te dejaron tarea, Sam?-le hablé a mi hija dejando su pequeña mochila sobre el sofá de piel


-No, mami.

Sam se pasó jugando con Jack aproximadamente dos horas completas, le pedí que dejara solo a su cachorro porque ella aunque no tuviera tarea tenía que hacer sus respectivos deberes. Claro, como a cualquier niña no le gusta hacer otra cosa más que jugar.

-No mami, déjame jugar otro ratito con Jack ¿va?

-No, Sam ya te dije que tienes que ir a recoger los juguetes que usaste ayer.

-Ok...-suspiró y subió desanimada las escaleras

Después de treinta minutos mi hija bajó las escaleras, buscándome para entregarme un sobre color rosa, era la invitación para el festejo de 10 de mayo.

-Entonces mami, ¿irás?

-Claro que iré mi amor, sabes que nunca me lo perdería.-ella me sonrió y la abracé

-¿Crees que mami Freen quiera ir?-preguntó inocentemente y mi sonrisa se borró de mi rostro

Sam siempre estaba ilusionada con ver a su madre presente en alguno de sus festivales, cosa que Freen nunca asistía que porque tenía trabajo, no le dio tiempo de llegar, cosas así. Más bien, pretextos, esa es la palabra adecuada para definir a Freen con su hija

-No sé, hija.-traté de sonar lo más normal que pude-Sabes que ella siempre tiene que trabajar.

-Pero a lo mejor si le insisto mucho quiera ir, ¿no crees?-amaba la fé de mi hija

En ese mismo instante la puerta de la entrada se abrió, era Freen. Venía con una sonrisa de oreja a oreja y cuando vió a Sam y a mí cambió su cara por completo. Dejó su sacó negro sobre el perchero de la entrada y caminó hasta la sala dejando su bolso.

-Dame de comer, tengo hambre.-dijo cortante y me la quedé mirando-¿Qué me vez? ¿Qué no me escuchaste? ¡Tengo hambre!

-No... no hice nada... de comer.-mi voz titubeaba

-¿Que mierda dijiste?-habló molesta

- Freen no hice nada de comer porque Sam y yo salimos a comer Sushi, y no te traje nada porque nunca comes con nosotras.

-Me vale si comieron ustedes, ¡YO TENGO HAMBRE Y QUIERO QUE ME HAGAS DE COMER!

-No hay nada en la nevera, no te puedo hacer nada de comer...-dije asustada por su grito

-¡Pues sal a la calle, vas al supermercado y compras algo!

-Ahorita voy.-dije levantándome del sofá

-Mami Freen, mira.- Sam tomó la tarjeta y caminó hasta Freen

-¿Qué quieres, niña?-habló molesta

-Mira, es la invitación que mandaron para el día de las madres, haremos un festival y yo voy a bailar, ¿podrías venir a verme? Mami Becky vendrá, ¿verdad mami?-me miró y asentí

-No molestes Sam, sabes que no puedo tengo que trabajar.-sabia que Sam le iba a insistir mucho pero sin conseguir nada

-Anda mami, tienes que ir, te prometo que voy a bailar bonito.-dijo con una sonrisa

-¡NO SAM, NO VOY A IR, ENTIÉNDELO!-le gritó provocando que una lágrima corriera por la mejilla de mi hija.

- Sam mi amor, sube a tu habitación.-le hablé dulcemente acariciando su cabello y ella asintió

-Y tú apúrate que tengo hambre, Becky.-me chasqueó sus pulgares

No entendía su mal comportamiento de ella, el comportamiento que tenía así nuestra hija, ella no tiene la culpa de nada. Freen la ve como el motivo que arruinó su vida.
Sí mi hija la ama, y ella ¿no? Si se parece mucho a ella, su cabello color Negro, piel pálida, hasta su carácter cuando se enoja.

Ella es demasiado perfecta para ella.

A promise is a promiseWhere stories live. Discover now