CAPITULO 16

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- Mierda. – se quejó ella. Buscó la lista de últimas llamadas y volvió a marcar su número. Esto no iba a quedarse así.

A los pocos segundos, ella volvió a responder.

- ¿Para esto querías mi número?

- ¿Hubieras preferido que ese cabrón te toque? Estaba yo ahí y no iba a dejar que te ponga una mano encima.

- Sé protegerme yo sola. No tenías porque intervenir, romper una jodida mampara y ocasionarme problemas.

- ¿Ocasionarte problemas? – sin darse cuenta, había empezado a gritar. - ¡Ese imbécil iba a ocasionarte problemas!

- ¡Sé defenderme sola! – gritó ella esta vez. Y por un momento quiso gritarle lo que estaba ocultando. Que había pasado dos años a la deriva con Eli creciendo en ella y había logrado aprender a protegerse. Aunque Travis le había ayudado bastante, ella también sabía lo que era pelear.

Lauren endureció la mandíbula.

- Casi me han despedido por tu culpa.

Oh. Esto no era una novedad.

- Ya... está bien, perdón ¿sí? Se me ha pasado la mano. – dijo suave. Camila negó con la cabeza al otro lado de la línea. A su costado Eli respiraba dormida. Su pecho se elevaba y bajaba lentamente... y su otra madre estaba en la otra línea. Eso hizo que a Camila se le erizara la piel. Tan cerca y tan lejos, al mismo tiempo.

- No quiero que vuelvas a hacer esto. Siempre... siempre terminan despidiéndome por ti.

- No me lo recuerdes.

- Es que tengo que hacerlo.

- Joder Camila, ese tío te estaba tocando... ¿Cómo no iba hacer nada? Detesto ver que otro tipo te toque, eso no va a cambiar.

Aceleró más y el Mustang rugió. Solo después de unos segundos pudo darse cuenta de lo que le había dicho. Oh no...

Camila no pudo evitar ruborizarse contra el teléfono. Su corazón se aceleró y le hizo recordar a las primeras llamadas que ambas se habían hecho al conocerse... sonrió, como una tonta...

- ¿Habías ido a verme? – enarcó una ceja y trató de cambiar el rumbo de la conversación.

- Sí. – admitió ella. – no lo sé, solo quería verte.

Y otra vez... la misma sensación... parecían un par de niñas.

- Yo también quería verte. – dijo ella.

- Lo imaginé.

- ¿Perdona?

- Supuse que querías verme. – presumió Lauren. Por dentro y por fuera reía.

- Pero la verdad no pensé que fueras a montar tremendo espectáculo.

- No empieces.

- ¿Te molestó?

- Que sí. Ya te lo dije.

- A mí también, iba a defenderme, pero alguien vino y tiró a ese pobre hombre contra el cristal.

- ¿Pobre hombre?

- Laurdn, ya pasó...

- No. Es que... joder, te miraba de una manera que hubieras preferido no ver.

Camila negó con la cabeza. Vaya... podía decirse que algunas veces extrañaba muchísimo a esa mujer. A la que se preocupaba por ella... y que se ponía celosa incontables veces... pero extrañaba más, que fuera de ella y solo de ella.

- ¿Dónde estás? – le preguntó Camila. Sus dedos bajaron y acariciaron la piel de su hija. Lo hizo suave. Y mirarla hacía que su corazón se estrujara. Dios... esto era tan difícil.

- No lo sé. – dijo ella. Su voz se había apagado, ya no estaba tan exaltada como antes. - ¿por qué?

- Solo preguntaba. – se acurrucó en la cama y atrajo las sábanas para cubrirse a ella y a Eli.

- Siento que hay algo que no me estás diciendo.

Y esa frase rompió su corazón. La tibia y calmada voz de Lauren le tocó verdaderamente. ¡Maldita sea! Por fin podía entender un poco el fundamento de Emily. Lauren tenía que saberlo. Ella no tenía la culpa de todo lo que ella había tenido que pasar, de sus decisiones o su pasado. Ella simplemente debía enterarse de la existencia de su hija. Sea cual sea el resultado o su reacción, era un derecho que no podía quitarle. Mierda... es que esto ya no era una simple relación, o un capricho, era una niña de dos años que pronto crecería.

- Camila... – susurró contra el teléfono. El humo del cigarrillo le acarició el rostro. – ha pasado mucho tiempo, pero puedes confiar en mí.

No sigas por favor...

- No voy a juzgarte. - le dijo ella.

Y por supuesto que lo haría. Temía y era egoísta al mismo tiempo al pensar que Lauren la odiaría por el secreto que le estaba ocultando.

- ¿Necesitas dinero? – dijo al pensar que de eso se trataba el asunto.

- Estoy bien. No te preocupes por mí, he sabido cómo sobrevivir estos dos últimos años. – miró a Eli y acarició su piel.

La última frase hizo que Lauren se tensara.

- Yo también he sabido cómo sobrevivir estos dos últimos años. – dijo y trago saliva. El sabor a humo impregnó su boca. – sin ti.

- También me la he pasado mal.

- No tanto como yo.

- ¿Es que no te cansas? Ya tuve bastante del mismo tema. Yo también la pasé mal Lauren, podría jurar que mucho peor que tú. – dijo exaltándose. De un momento para otro la actitud y palabras de Lauren le habían hecho perder el control.

- ¿En serio? – Lauren soltó una risa sarcástica. - ¿te lo has pasado mal cogiendo con Travis? No lo dudo, pero supongo que para ti estaba bien. Camila cerró los ojos con fuerza.

- Eres una hija de puta. – le dijo susurrando contra el teléfono que temblaba entre sus manos. – te sorprendería mucho saber cómo han sido las cosas, pero no tengo por qué contártelas.

- No necesito saberlas. Me las imagino muy bien Camila. – dijo aturdida y bloqueada por sus celos. La idea de Camila y Travis... le aborrecía totalmente.

Ella tragó saliva. ¡Maldición! ¿Qué no notaba que le estaba haciendo daño con cada palabra? No tenía ni una jodida idea de todo lo que decía.

Respiró hondo y no dejó que esas lágrimas salieran. Era fuerte, más fuerte que Lauren.

- No creo que una idiota como tú pueda imaginarse por qué digo estas cosas.

- ¿Me equivoco? ¿Acaso Travis y tú no se lo han pasado en grande estos años? Seguramente estaba en tu departamento esa noche ¿verdad? Han pasado años Camila, y digamos que yo ya sé perfectamente cómo te gusta jugar.

Había sido todo.

- ¿Sabes? - Camila tragó saliva. Las lágrimas brotaban y su garganta estaba hecha un nudo. Pero quería hacerlo, quería decírselo aunque no fuera verdad. – no me arrepiento ni un segundo en haberte dejado. – dijo fuerte y colgó, tirando el móvil a un lugar fuera de su alcance.

TENTATION 3 CAMREN G!PWhere stories live. Discover now