CAPITULO 6

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La mirada de Keana recorrió a Camila y viceversa. Por fin frente a frente después de dos largos años.

- ¿Tienes tiempo? - le preguntó la castaña. Traía una cazadora de cuero roja, unos jeans y unas botas.
Camila se quedó mirándola sin responderle. Aun podía sentir la irritación que había sentido al ver a Lauren junto a ella ayer.

- Sí. - afirmo tranquila y sin intimidarse. A pesar de que la comparación entre ambas era bastante definidora. La ropa de Keana podía costar lo que Camila ganaría en un mes ahí en Houston. Pero eso no cambiaba la gran diferencia que también había en el físico. Camila tenía mucha ventaja, por ese lado.

- Siéntate, si quieres. - ofreció Keana, señalando con la mirada el asiento de al frente.

Camila miró a su alrededor, no había más que una pareja al otro extremo de la cafetería, comiéndose entre ellos, que por supuesto no la necesitarían. Así que lo hizo, jaló la butaca y se sentó sobre ella.

Keana se inclinó y bajó la mirada, como si estuviera buscando las palabras adecuadas. En la mañana, había decidido seguir a Lauren hasta donde esta había escapado. Encontrando así el paradero de Camila.

- Soy Keana Issartel. - estiró la mano y Camioa la estrechó con la suya. - ayer pude verte en el club.

- Sí. Estuve ahí. - respondió Camila, sin abstenerse de nada. Vamos. Se había enfrentado a tantas cosas, podía con esto.

- Supongo que debes saber quién soy ¿verdad? - enarcó una ceja, expectante.

Entonces... ¿había ido por Lauren?

- Sí. Creo que sí. Y supongo que tú también debes saber quién soy yo... ¿verdad?

Ambas volvieron a mirarse. Los ojos miel de Keana cambiaron de matiz.

- Sí. Lamentablemente lo sé. - afirmó ella. - y estoy aquí por eso.

- ¿Has venido en representación de Laure.? Porque si es así, estás perdiendo el tiempo.

- ¿Te sorprendería?

- La verdad no. Pero no creo que a Lauren le haga falta que su novia venga a hablar por ella.

Keana alzó los hombros, desviando la mirada.
Ligeramente ardida por las palabras de Camila. Pero sabía controlarse.

- A este juego podemos jugar las dos Camila. También conozco muy bien a Lauren. Tal vez tanto como tú. Y sí, estoy aquí por ella, pero también por mí. - se detuvo y observó a Camila. Una ola de celos invadió su interior al mirar y admitir lo preciosa que era. Pero eso no la derribaría. No ahora, que había logrado llegar hasta ella y por fin poder enfrentarle. - voy a ser muy clara contigo, porque tampoco me gusta perder el tiempo. Quiero que te alejes de ella.

La frase hizo que la piel de Camila se erizara. Su corazón palpitó con fuerza, estaba llena de adrenalina y la vez con muchas ganas de discutir. Pero algo le debilitó, evitándole responder.

- No puedes venir y jugar con ella de esa jodida manera de nuevo. - le dijo, dejándola sin aliento. - no tienes una idea de cuánto sufrió cuando la dejaste. Pero yo sí. Y no quiero volver a verla así por una niñata indecisa como tú.

Camila tragó saliva. Vamos... respóndele Cabello... dile algo, maldita sea.

- Y te lo vuelvo a decir. Quiero que te alejes. Que vuelvas a donde sea que te fuiste cuando le dejaste. Pero no quiero que le vuelvas a hacer lo mismo ¿vale? Lauren y yo estamos mejor que nunca. No vas a arruinar todo esto con una simple aparición que seguramente para ti no significa nada ¿o sí? ¿me vas a decir que sigues enamorada de ella después de dos años? Por favor Camila. Vete. O al menos no hagas que Lauren vuelva a sufrir de nuevo tanto como lo hizo.

- Yo también sufrí... - susurró ella. Sin saber otra cosa inteligente que responderle.

- Si tú lo hiciste, puedo asegurarte que ella lo hizo el doble...

La garganta de Camila se hizo un nudo grande. Grande y duro. Lleno de malditos recuerdos que ella también tuvo que superar.

- Joder. - se quejó Keana, levantando un poco la voz. Desvió la mirada y trató de tranquilizarse, pero su exasperación no le permitió. - la dejaste hecha mierda Camila. Se quedó sin amigos. Sin motivación. Sin nada. - trató de encontrar la mirada de Camila, pero ésta estaba perdida... perdida en todo el dolor que le proporcionaban esas palabras. Maldición. ¿Qué más tendría que soportar? - no había día en el que no pensara en ti, en el que no soñara contigo y se despertara desesperada en las noches recordando que te perdía. O las veces en las que le llamé y la encontré completamente ebria. ¿Quieres eso de nuevo? ¿Quieres permitir eso y volverte a ir?

Camila apretó los ojos. Y las lágrimas no pudieron contenerse ni un segundo más. Estaba explotando. Explotando de tanta desesperación. No podía con esto. No podía seguir soportando la idea del dolor que ella misma le había proporcionado a Lauren cuando le había dejado. ¡Joder! ¿Y quién pensaba en ella? ¿En lo arrepentida que estaba?

Se limpió las lágrimas y no dejó que Keana la viera llorando ni un segundo más. Se puso de pie, haciendo sonar la butaca.

- No estoy aquí en New York para dejarla de nuevo. Ni tampoco pretendo arruinar su relación. Te estás equivocando conmigo.

- Tal vez. Pero no quiero verle sufrir de nuevo.

- No lo harás. Porque ella y yo no volveremos a estar juntas nunca, si es que lo que te preocupa. Y por favor... - Camila soltó un suspiro. Vamos Cabello. Puedes con esto. - si ella tiene algo que decirme, que venga y me lo diga.

- He venido por mí misma.

- Entonces espero que lo tengas claro, no va a pasar nada entre nosotras.

Se dio vuelta y caminó de nuevo hasta la cocina. Encontrándola sola, se dejó llevar por las lágrimas y volvió a llorar. Como ayer. Solo podía darse cuenta de una sola cosa. La única persona que no encajaba en todo esto era ella. Ella y su aparición. Ella y Elisabeth. Ella y todo lo que había ocasionado. Por Dios... Lauren tenía la vida hecha en New York, un buen trabajo y una buena novia... ¿ella iba a llegar de pronto y arruinar todo esto? Tal vez Travis tenía razón. Tal vez solo debía irse y no permitir que Lauren se enterase sobre Eli jamás. No tenía por qué hacerlo. Todo esto era una locura. Había cometido una locura. Una más para la gran lista. Pero esta vez, no dejaría que su locura acabara con todo.

TENTATION 3 CAMREN G!PWhere stories live. Discover now