Su jefe era un tirano por el día y un playboy por la noche; y él solo era su asistente hasta que le propone un nuevo contrato.
-¿Cómo su asistente personal?
-No. Como mi prometido.
¿Qué puede suceder cuando ambos se detestan y tienen que actuar ena...
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Un rato más tarde, Jungkook miró hacia el pequeño grupo de personas donde se encontraba Jimin. Había observado muy bien a los Choi, era cierto en todo lo que decían. Las muestras de afecto en las parejas que se encontraban ahí era muy notoria, claro siempre con respeto.
Dong Wook y su esposa eran una pareja muy afectuosa con sus hijos y nietos. Jungkook tenía que demostrar algún tipo de intención con Jimin entre esas personas.
Mujeres y hombres estaban cerca de la mesa de bocaditos, riendo a carcajadas al igual que Jimin, quién de pronto habló.
—Para alguien que cuida tanto los temas de salud, Jungkook es espantoso. Le encanta el bagel, si fuera por él, lo comería día y noche —comentó riendo. Jimin pudo conocer esos pequeños detalles de Jungkook por ser su asistente—. Ahora que cocino para él, come mejor. Tenía una cantidad innumerable de comida a domicilio.
Las personas que se encontraban ahí soltaron una risilla, viendo quién se estaba acercando.
Jungkook se colocó detrás de Jimin, rodeando su cintura con los brazos, acercándolo a él, pegando su espalda a su pecho. Le dejó un pequeño beso en el cuello y sintió como Jimin dio un pequeño salto al sentir sus labios en esa zona.
—¿Y qué hay de ti, cariño? —dijo apoyando su mentón en el hombro de su prometido—. Jimin se preocupa mucho por eso, pero todos los días me lo encuentro comiendo tostadas con mermelada y queso crema. —miró al grupo de personas y luego a Jimin.
Se oyó un suspiro colectivo emitido por las personas que estaban al frente de ellos. Señal de que estaba haciendo lo correcto.
—¡Hey! No te metas con mis tostadas. Mientras fui tu asistente, tuve suerte de comer unas.
Jungkook volvió a dejar un pequeño beso, esta vez en su mejilla.
—Ya sabes Suni. Si Jungkook queda en la empresa, se acabarán las horas de almuerzo para él —dijo una de las mujeres.
Suni era la hija de Choi. Rió.
—Le diré todos los secretos a su prometido para mantenerlo a raya.
Todos rieron, incluso Jimin. Sabía perfectamente a qué se referían con eso. Pobre Jeon Jungkook, no puede cometer ni el más mínimo error.
—Yo seré tu asistente, claro si es que ingresas a Choi 's Company. Espero no decepcionarte —dijo Suni, sonriendo.
—Jungkook es brillante en su trabajo y bastante dedicado. Estoy seguro que se llevarán bien —comentó Jimin.
—Has hablado como un hombre enamorado
Jimin sonrió. Jungkook también.
—Porque lo estoy.
Esa actuación fue merecedora de un Oscar.
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