When we were young - L.S.

ONCE - PRESENTE

"Love of my life, don't leave me
You've taken my love
And now desert me
Love of my life, can't you see?"

Love of my life, Queen

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Harry se paseaba por el pasillo con un vaso lleno de café en una mano y una pila interminable de exámenes en la otra. Había decidido venir pronto al colegio para poder adelantar un poco de trabajo y así prepararle esa noche una cena romántica a Chris a modo de disculpa.

Su novio no estaba muy contento desde que Harry le había confesado que había recibido una llamada de Louis. No le había dicho cuándo había ocurrido, porque Chris ya se había enfadado suficiente solo con saber que el exmarido de Harry lo había llamado. Sin embargo, Harry sentía una punzada de culpa cada vez que miraba a su novio. No sabía por qué si tan solo había sido una estúpida llamada, pero había una minúscula parte de Harry que había añorado que Louis acudiera a él de ese modo. Lo cual era un problema teniendo en cuenta que estaba saliendo felizmente con Chris. Su novio no se merecía que pensara ni un segundo más de lo necesario en Louis.

Pero últimamente parecía incapaz de olvidarse de él. Cómo odiaba lo fácil que era para Louis meterse en el cerebro de Harry y esconderse allí como un cáncer mortal que acabaría por arruinarlo todo.

Así que allí estaba, caminando a las siete de la mañana por los pasillos del colegio para intentar disculparse con Chris por aquella ridícula llamada.

—¡Señor Styles, buenos días! —lo llamó una voz desde algún lugar del pasillo.

Harry se volvió para encontrarse con el rostro sonriente de Emma. Su pelo rizado subía y bajaba al ritmo de sus pasos acelerados mientras se acercaba casi corriendo hasta Harry.

—Hola, Emma, buenos días. ¿Qué haces tan pronto aquí? —preguntó Harry—. Tus clases no empiezan hasta las ocho.

—Lo sé, es solo que el señor Tomlinson me está ayudando con una cosa antes de clase —explicó Emma algo sonrojada.

Harry esbozó una sonrisa divertida.

—¿Y puedo saber qué es esa cosa?

Emma se convirtió en una maraña de nervios y vergüenza con aquella pregunta.

—Bueno, eh… Yo… Me gusta mucho escribir y… El señor Tomlinson me está ayudando con algo que estoy escribiendo… Y, eh… Eso…

Harry abrió los ojos sorprendido.

—¿Estás escribiendo una novela? Vaya, Emma, es increíble.

Emma se sonrojó aún más.

—Gracias, señor Styles, pero tampoco es nada especial. Solo es una historia absurda… —musitó sin mirar a Harry a los ojos.

—Prométeme que seré el primero en leer tu novela, Emma. Así cuando te hagas famosa podré decírselo a todo el mundo —le dijo Harry, que en realidad solo quería hacer que Emma se sintiera apreciada y apoyada. Era una de sus alumnas favoritas y odiaba que desestimara tanto un proyecto que sin duda le hacía muchísima ilusión.

—Tendrá que ser el segundo. El señor Tomlinson va primero, lo siento mucho.

Harry se llevó una mano al pecho con dramatismo.

—¿Vas a dejársela leer antes a él que a mí? Eso me ha dolido, Emma. Pensaba que yo era tu profesor favorito.

Emma abrió mucho los ojos, alarmada.

—¡Y lo es, es el mejor profesor del mundo, señor Styles! Es solo que, bueno, el señor Tomlinson…

Harry esbozó una sonrisa que dejó al descubierto sus hoyuelos.