PRÓLOGO - PRESENTE

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"Well, good for you, I guess you're gettin' everything you want
You bought a new car and your career's really takin' off
It's like we never even happened"

good 4 you, Olivia Rodrigo

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Emma trataba de prestar atención a la clase de Química, pero lo cierto es que no podía importarle menos la clasificación de los polímeros. El señor Styles era un gran profesor, de verdad, e intentaba animar a la clase con chistes malos y preguntas, pero Emma sentía que le iba a explotar el cerebro. Una vez más, se arrepintió de su decisión de escoger el itinerario biosanitario. Seguro que le hubiera ido mil veces mejor en ciencias sociales, pero si quería ser médico tenía que seguir esforzándose por diferenciar el polietileno del polipropileno.

Emma se recolocó en su asiento y cogió el bolígrafo que había dejado caer en un momento especialmente frustrante de la clase. Entrecerró los ojos para ver la pizarra y miró lo que el señor Styles había escrito en ella. El profesor pareció darse cuenta de que Emma se había reincorporado a la clase, porque la observó con sus penetrantes ojos verdes y sonrió, mostrando sus hoyuelos.

—Emma, ¿crees que podrías decirme cuál es este polímero? —preguntó el señor Styles.

—Yo… eh… —balbuceó Emma, mientras toda la clase se giraba para mirarla. Notaba las mejillas arder, porque nunca le había gustado ser el centro de atención y ahora tenía más de veinte pares de ojos fijos en ella—. ¿Policarbono? —respondió Emma al fin, que tan solo veía C unidas a otras C.

Se oyeron un par de carcajadas provenientes de algún lugar de la clase, y Emma se sonrojó aún más. Odiaba sentirse estúpida, porque en el fondo sabía que no era tan lista como la mayoría de sus compañeros, y en momentos como aquel era evidente.

El señor Styles frunció el ceño y las carcajadas cesaron casi al instante cuando los alumnos vieron su expresión seria. Emma se preparó para la regañina que le esperaba por haberse pasado toda la clase sin prestar atención y…

—Como es tan gracioso que tu compañera no se lo sepa, Grant, ¿podrías decirme tú entonces qué polímero es?

Grant era el chico que se había reído de Emma. Ahora, agachaba la cabeza y negaba sin pronunciar palabra, con las mejillas algo rojas también.

—No pasa nada, Grant, no voy a castigarte —el señor Styles suavizó el gesto—. Tan solo recuerda la próxima vez que nadie sabe absolutamente todo y que cualquiera puede cometer errores.

Grant asintió, con la cabeza gacha aún, y Emma casi se sintió un poco mal por él. No obstante, estaba más ocupada apreciando una vez más lo buen profesor que era el señor Styles. Era más que evidente que no estaba allí por obligación o como segunda opción. Disfrutaba enseñando y educando, y se preocupaba por sus alumnos como ningún otro profesor hacía. A Emma le había ayudado mucho el año pasado, cuando había recibido insultos por su sexualidad y nadie se había esforzado por hacer nada.

Bueno, nadie no. También estaba el señor Tomlinson. Era el otro profesor preferido de Emma, y se parecía mucho al señor Styles en la manera en la que le apasionaba enseñar y cuidaba de sus alumnos. Había sido él el que había castigado a todos los que se habían metido con Emma mientras que el señor Styles trataba de tranquilizarla y apoyarla.

Era curioso, pensó Emma, lo similares que eran ambos profesores. Dos caras de la misma moneda, el reflejo en un charco de agua, parecidos pero no idénticos. Por una parte, el señor Styles, con su pelo rizado corto y cuidadosamente peinado, su ropa elegante y perfectamente conjuntada y sus modales correctos. Por otra, el señor Tomlinson, con el cabello castaño revuelto y ojos azules que brillaban con la ilusión de un niño, su ropa ancha y cómoda y sus habituales palabrotas. Y sin embargo, eran sin duda alguna los profesores favoritos de la mayoría de los estudiantes, porque te animaban a esforzarte, a aprender, a ser mejor, pero siempre desde el cariño y ofreciendo toda su ayuda y experiencia.

When we were young - L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora