CUATRO - PASADO

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"And I'm thinking 'bout how
People fall in love in mysterious ways
Maybe just the touch of a hand
Well me, I fall in love with you every single day"

Thinking out loud, Ed Sheeran

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Para ser sincero, Harry Styles vivía en un estado intermedio entre la confusión y el asombro.

Habían pasado alrededor de dos meses y Louis seguía allí. Iba a recogerle cada mañana a su casa, lo acompañaba hasta el colegio y lo buscaba en los descansos, siempre con una sonrisa y algo que decirle a Harry, de entre todas las personas. A veces también comían juntos, si los amigos de Louis no se quedaban a comer, y luego se marchaban los dos a casa de Harry otra vez. Su madre invitaba a Louis a quedarse tarde sí y tarde también, y cuando Louis aceptaba Harry y él se encerraban en la habitación del chico y se tumbaban juntos en la cama, mientras hablaban y escuchaban música en el reproductor MP3 de Harry, con un casco cada uno.

Si a Harry le hubieran dicho meses atrás que Louis sería su mejor amigo, Harry se habría reído hasta que le doliera la tripa. Louis era un chico bastante popular, con muchos amigos, un puesto en el equipo de fútbol y decenas de chicas suspirando por él. Y Harry… era Harry. Casi un apestado desde que se había visto obligado a salir del armario, sin ningún amigo y el papel de Vendedor N°3 en la obra de teatro del colegio.

Y sin embargo, allí estaba Louis, acercándose con su bandeja llena de comida y una amplia sonrisa. Harry se preguntaba a veces cuando se despertaría de aquel sueño, pero lo cierto era que no quería saberlo. Prefería vivir en aquella ensoñación en la que Louis se preocupaba por él.

—Hoy es… ¡día de guisantes! —exclamó con teatralidad Louis dejando caer la bandeja en la mesa—. Mis favoritos… ¿No querrás unos pocos más?

Harry no pudo resistirse al rostro suplicante de Louis y a sus enormes ojos de cachorrito.

—Solo unos pocos…

Louis sonrió y echó una parte de sus guisantes en el plato de Harry.

—¡He dicho que unos pocos!

Louis soltó una carcajada y vació casi por completo su plato de guisantes. Harry lo dejó hacer sacudiendo la cabeza.

—Vas a morirte con treinta años si sigues comiendo así…

—Vaya, gracias, yo también te quiero, Harry —gruñó Louis.

En momentos como aquel, Harry no sabía cómo de serio debía de tomarse las cosas. Louis era un chico muy cariñoso, Harry lo había descubierto en estos meses. Estaba continuamente pasándole un brazo por los hombros o la cintura, acariciándole los rizos y pellizcándole las mejillas. Le dedicaba cumplidos, a veces en broma y otras medio en serio, y Harry tan solo se sonrojaba y sonreía como un estúpido.

Que era exactamente lo que estaba haciendo ahora. Louis le sonrió de vuelta y comenzó a robar patatas fritas del plato de Harry, ajeno al conflicto interno del chico.

—Bueno, Harry, ¿tienes algo que hacer hoy? —preguntó Louis.

Harry tenía diez ejercicios de matemáticas pendientes y un examen en dos días de física. Y ni siquiera había empezado el proyecto de química inorgánica que tenía que entregar el viernes. Además, su madre le había pedido que hiciera la compra de la semana. Sin embargo, al mirar a Louis y ver el brillo emocionado en su rostro respondió:

—No, no tengo nada que hacer. ¿Por qué?

La sonrisa de Louis se ensanchó aún más.

—Porque tengo una sorpresa para ti.

When we were young - L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora