DIECIOCHO

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    El lunes Seijuro se sintió renovado.
 
    Tal vez fue porque pudo contestarle a Sana como quiso y no recibir una cachetada, o porque pudo trabajar en paz en un trabajo en grupo por primera vez desde hace mucho, pero Kouki estuvo de tan buen humor que le dio su número cuando se lo pidió.

    ¿Dijo que ya habían pasado más de cinco meses desde que comenzaron a verse en ese lugar secreto?

    Seijuro le había pedido su número en reiteradas ocaciones, pero en todas Kouki se había negado. Siempre aclaró que era porque surgirían más rumores si ven su nombre en los contactos de Akashi.

    Kouki no tuvo argumentos en contra para el "Podría agendarte como 'Juan mecanico'" de Seijuro, así que simplemente dijo que no quería que Seijuro lo molestara hasta fuera de la escuela.

    El viernes fue un buen día. Seijuro se sintió como una colegiala que por fin consiguió hablar con su Crush.

    ¡Hasta contestó a su llamada!

    Aunque fue solo para decirle que no vuelva a llamarlo...

    — Buenos días, Akashi-kun.

    — ... Buenos días.

    Sana lo saludó como si fueran amigos de toda la vida, tocando su hombro y acercándose de más. Los cuchicheos a su alrededor empezaron.

    Seijuro pensó que era increíble la capacidad que tienen las demás personas para ponerlo de mal humor con solo su presencia.

    Para Seijuro era obvio las intenciones de ella.

    "No puedes rechazarme abiertamente frente a tantas personas". Eso decía su rostro sonriente.

    — La próxima vez preferiría que no me tocaras.

    Lastima que, en realidad, a Seijuro no le importaba para nada su reputación.

    Seijuro era hasta más arisco que Kouki con respecto al contacto de otras personas. Lo odiaba hasta el punto de sentir náuseas. No era germofobico ni nada, solo le desagradaba la gente. Eso lo sabía toda la escuela, aunque ellos si piensan que es un poco germofobico.

    — ... L-lo siento, yo...

    — Pfft...

    Algunos aguantaron sus risas, y entre esas personas, Furihata Kouki se destacó. Miró directamente a Sana y se le burló en silencio.

    Rechinando los dientes, Sana miró a Kouki pasar al aula. Ni siquiera había volteado a ver a Akashi, más aún así, este le sonrió.
  
    — Buenos días, Furihata.

    — ... Buenas días, presidente.

    Kouki forzó una sonrisa y lo saludó, pero parece que esto hizo aún más feliz a Akashi, que se acercó a hablarle.

    Sana fue dejada atrás, y los parloteos volvieron con más furor.

    — ¿Vieron? Akashi-sama prefirió ir con una perra antes que con Sana...

    — ¿Eso significa que ella es peor que Furihata?

    — Si es Akashi-sama el que la odia...

    — Deberíamos dejar de hablar con ella...

    — Se lo merece. Yo creo que hasta es peor que Furihata. ¿No la vieron? ¡Acercándose tan descaradamente al presidente!

    — Al menos la perra de Furihata tenía la decencia de no acercarse al presidente.

    — Esperen, esperen, ¿Por qué nadie pregunta qué pasó entre Furihata y Akashi-sama?

    — ¡No, ¿Por qué nadie pregunta porqué Sana utilizó el "kun" en vez del "sama"?!

    Sana escuchó a los, para nada discretos, de sus compañeros hablar de ella.

    ¡La estaban poniendo hasta por debajo del marginado de la escuela!

    Eso nunca va a suceder... Nunca lo permitiría.














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