QUINCE

149 38 0
                                    

    — No jodas... 

    Seijuro cerró sus ojos, parecía que estaba meditando, con su rostro sereno y su calma habitual. Pero la verdadera verdad era que estaba aguatando una carcajada al escuchar a la persona sentada detrás suyo maldecir el buen teatro que vivió.

    No hay que subestimar la suerte del protagonista-perfecto-héroe-bondadoso. Kouki lo sabe ahora.

    — Al final sí irás a verme a casa, ¿emocionando? No hace falta que te arregles, siempre estarás bonito para mis ojos, tampoco necesitas llevar algún regalo, es más, yo te daré todo lo que quieras. ¿Quieres quedarte a cenar también? Podemos cocinar los dos juntos, te compraré un delantal que diga "Best man", ¿o prefieres uno de pareja que diga "mi hombre", con una flecha apuntándome, y yo teniendo la contraparte con la misma frase? Es obvio que el rojo me representa, así que el tuyo sería rojo, y el mío... Creo que el dorado es un color que te representa bien, así que el mío será dorado, aunque también siento que el blanco te va muy bien también, ambos resaltan tu bonita piel trigueña de buena forma. Oh, y no te preocupes por el transporte, yo me encargaré de ir a recogerte y a llevarte de vuelta sano y salvo. Si te incomoda ir con mi chofer, también tengo licencia de conducir. Si, así me gusta. Serías mi copiloto, y tendrás que sacarme charla para que no me duerma, ¿Que dices?

    Kouki, que comía tranquilamente su bento con el ruido de fondo, miró con indiferencia a Seijuro.

    — Cállate.

    Una vez ambos estuvieron en su escondite, lo primero que salió de la boca de Seijuro fueron parloteos para molestarlo.

    Kouki sentía que su cabeza explotaría.

    Lo que más odiaba Kouki eran los trabajos grupales.

    Nunca nadie lo quería en su grupo, y si se unía a la fuerza a uno, no importaba cuánto se esforzara en participar, nunca tomarían su opinión en cuenta y siempre terminarían diciéndole al profesor que nunca hizo nada por el grupo, consiguiendo que sacara mala nota.

    Por lo que, desde hace hace tiempo, siempre pide hacer los trabajos solo, mientras haga todo lo que los grupos hacen, los profesores lo permiten, solo porque los demás alumnos apoyaron esta idea de excluirlo y hacerlo más miserable.

    Pero esta vez fue un sorteo.

    La suerte de protagonista-perfecto-héroe-bondadoso de Seijuro ayudó a hacerlo aún más miserable.

    Él, junto a Seijuro y otros tres, debían hacer un trabajo grupal. Kouki no se asustó, en realidad. Con su calma habitual había levantado la mano, y cuando el profesor le permitió hablar, preguntó cómo siempre había preguntado:"— ¿Puedo hacer el trabajo solo?".

    Hasta ahora, nunca se habían negado, pero esta era un profesor nuevo, y más que parecer sorprendido por su pregunta, parecía tener miedo. Él se negó rotundamente, a pesar de resivir quejas de los otros integrantes del grupo.

    Sus compañeros de equipo, sin contar a Seijuro, se quejaron hasta cuando el profesor se fue, aún más porque el gran Akashi Seijuro estaba en su grupo, por ese simple hecho ellos se sintieron superiores y hablaron arrogantemente.

    "— Dejen de quejarse por algo tan absurdo."

    Los tres arrogantes rápidamente cerraron sus bocas y metieron la cola entre las patas cuando Seijuro habló. Lo dijo con la sonrisa con la que normalmente siempre dice "buenos días" y su voz sonó cordial y encantadora, pero cualquiera podría entender que lo molestaron.

    En ese momento, Kouki sintió unas astronómicas ganas de extrangular a su querido amigo de bento.














Rumores.Where stories live. Discover now