End: Sí, Keisuke.

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Chifuyu había adquirido la costumbre de contemplar la interacción de Keisuke con los gatitos que se encontraba en la calle, porque consideraba que ese era su momento más endeble y se sentía verdaderamente privilegiado de atestiguarlo.

Solía reír entre dientes, divertido por la manera en que los animales alzaban el lomo o inclinaban la cabeza solicitando más caricias y sus orbes centellaban con una fascinación absoluta que pocas veces se manifestaba en él. Era cautivador y tenía a Chifuyu más enamorado de lo que realmente hubiera esperado.

Keisuke fue como un sol entremezclándose con un torrente lluvioso. Al inicio no fue precisamente positivo, pero paulatinamente su propio arcoíris fue resurgiendo de esos restos de lluvia, aunque ésta se mantuvo moviéndose en un péndulo que constantemente amenazó con descender y ascender. Fue un duro fallar y aprender tanto para Baji como para Chifuyu, que obtuvo sus resultados positivos al final y no había duda de que el alfa ahora era muchísimo más minucioso con sus acciones a comparación de antaño, donde cantaba lo primero que maquinaba su cabeza y terminaba relativamente mal.

Sin embargo, era inevitable no ruborizarse al reparar en cuanto esfuerzo empeñó en la misión de obtener siquiera un mínimo de su atención. Aún podía llegar a sentirse engreído por eso.

—¡Chifuyu! —Baji lo sorprendió apenas puso un pie fuera de su salón de clases, ya teniendo por costumbre salir (escaparse) antes y esperarlo junto a la puerta.

—Espero que estés aquí porque saliste temprano de tus clases —el omega advirtió ofreciéndole una expresión sugerente de ojos entrecerrados que amenazó con declinar al recibir un tierno beso del alfa sobre su frente.

—Por supuesto, amor —respondió con dejes despreocupados, enganchando su brazo sobre los hombros de Chifuyu—, ¿por quién me tomas?

—Tienes tu historial —bufó, recargando con suavidad su cabeza sobre el hombro del alfa mientras ambos se encaminaban hacia la salida.

Para los amigos de Baji el contemplarlo protagonizar una escena tan melosa con un omega como Chifuyu, habría sido inaudito; una escena insólita que solamente tendrían la oportunidad de atestiguar en algún sueño o un escenario ficticio.

El propio Keisuke de meses atrás habría bufado con sorna ante una insinuación de ese tipo y seguramente recalcaría con ímpetu el no necesitar a un omega en su vida.

El Keisuke que anduvo detrás de Chifuyu estaría regodeándose de felicidad al saber que lo consiguió. Podría considerarlo su mayor logro, teniendo muy en cuenta sus calificaciones del colegio.

Ya quería presumirle a su madre el buen partido que logró pescarse.

Ya había conocido al séquito de amigos de Chifuyu: el remedo de pandilla que hizo un ridículo intento de intimidarlo, pero que se retractó de inmediato cuando su omega les comentó con una sonrisa orgullosa que formaba parte de ToMan. Ahora lo perseguían esos pares de ojos que destilaban admiración.

La parejita del grupo lo dejó ligeramente perplejo. El beta de cabello rubio y ridículo peinado parecía acongojarse con su presencia, evadiendo de cualquier forma posible el contacto; mientras que su novia omega directamente le miraba con repudio y recelo, mascullando entre dientes que no olvidaba que había hecho llorar a Chifuyu semanas atrás.

Si era amiga de Chifuyu, valía la pena tomar en serio sus amenazas, pensó.

—¿Qué te parece tener nuestra cita oficial este fin de semana? Solo piénsalo, tú y yo juntos todo el día... solitos —Keisuke alzó las cejas en un gesto sugerente, complementando con una sonrisa coqueta.

La imagen de Chifuyu rojo hasta las orejas lo complació y soltó una risita divertida.

—Ya tengo ocupado este fin de semana.

¿Puedo ser tu alfa? | BajiFuyu (omegaverse)Where stories live. Discover now