12.5. Cuéntale al tío Ed

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Chifuyu pensó que Mikey era el concepto de estándar idóneo de omega perfecto.

A pesar de que no mantuvo un semblante cómodo, Mikey siempre le sonrió con amabilidad cuando se presentó. No era su culpa, su omega interno gruñía con recelo ante la presencia de otro omega; no uno cualquiera, sino uno que tenía una relación lo bastante cercana con su alfa como para tener rastros muy ligeros de su aroma en su ropa.

—Me gusta la idea de tener a otro omega en la pandilla —comentó con una sonrisa—. Para eso debes soportar a Baji, es difícil, pero seguro puedes con él.

Él era realmente bonito. Tenía una presencia agradable. Sus curvas eran notorias aun debajo de su ropa floja. Su cabello lucía muy bien cuidado y su tersa piel parecía tener el tono exacto de blancura que la hacía contrastar bajo la iluminación de los faroles.

Chifuyu se sintió celoso en más de un sentido.

—¿Eres pareja de uno de los integrantes de ToMan? —preguntó, dando una mirada de soslayo a los demás alfas que estaban enfrascados en los comentarios engreídos de Baji acerca de su nueva relación.

—Nop. Yo soy el líder de ToMan —declaró con orgullo, casi presuntuoso sin poder evitarlo.

Chifuyu lo miró estupefacto.

Además de ser lindo, tenía toda una reputación por su fuerza y tan solo su nombre ya generaba presencia en ciertos lugares. Chifuyu escuchó varios rumores acerca del "alfa líder de ToMan", por lo que esa declaración lo tomó por sorpresa. No esperaba que él fuera precisamente ese Mikey, mucho menos que se tratara de un omega.

Ese omega debía tener el poder de obtener al alfa que quisiera, era prácticamente perfecto. Chifuyu no pudo evitar sentirse inseguro, más al tener conocimiento de su estrecha relación con Baji.

Sus celos territoriales de omega se redujeron a insuficiencia, de nuevo.

Mitsuya propuso celebrar debidamente en algún puesto de comida y los demás aceptaron de inmediato. Mientras Chifuyu moría de nervios por ir junto a Baji en su moto, aferrado a su torso; el alfa aprovechaba cada momento para presumir ante los demás.

Llegaron a un puesto sensillo, pero que los recibió con cordialidad a pesar de lo escandalosos que eran al discutir hasta por la más mínima nimiedad.

—Keisuke, guarda silencio y come —el omega regañó cuando ya tuvo suficiente de su discusión con Pah por un par de palillos.

—Sí, Fuyu —el alfa asintió de inmediato, abandonando su discusión para dedicarse a lo que se le pidió.

—Domado —Mikey resopló con burla en medio de un carraspeo, provocando risas disimuladas de parte de los demás alfas.

—¡REPÍTELO MÁS FUERTE QUE NO TE ESCUCHÉ! —Keisuke se levantó de su asiento abruptamente para encarar al omega que le sonreía burlón.

—¡BAJI, SIÉNTATE! —Chifuyu volvió a ordenar.

Y Baji se sentó, farfullando improperios en susurros, pero obedeció.

Al parecer, una costumbre colectiva que tenían era dar unas vueltas a la calle después de comer, dejando sus motos estacionadas cerca del puesto de comida. Esos chicos tenían temas de conversación bastante raros, pero divertidos, junto a anécdotas interesantes que contar sobre su vida delictiva.

Chifuyu estaba ensimismado en un relato que Pah le narraba con legitima emoción cuando notó que Baji había desaparecido de su lado. Volteó y lo encontró un par de metros más atrás de ellos, caminando junto a Mikey.

No era capaz de escuchar la conversación, puesto que ésta quedaba eclipsada por el ruidoso alfa con el que conversaba. Baji tenía un semblante serio mientras le hablaba al omega, y éste solo optaba por responder con gestos: asentimientos, encogimientos de hombros, sacudidas de cabeza.

¿Puedo ser tu alfa? | BajiFuyu (omegaverse)Where stories live. Discover now