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“Aún no podemos irnos, no compramos todos los artículos. Iré a comprarlo yo mismo. Salmón y tú pueden sentarse aquí y esperar" dijo Day.
"Iré contigo"
"Salmón también", dijeron Brick y Salmon al mismo tiempo porque no quieren estar muy lejos de Day. Day enarcó ligeramente las cejas, sabía lo suficiente como para entender bien los sentimientos de ambos.
“Um… está bien”, respondió Day, Brick caminó junto a Day de la mano de Salmón, siguieron a Day hasta el carrito que dejaron atrás. Entonces Day empujó el carrito para seguir comprando. Ahora Salmón empieza a estar alegre de nuevo. Siguió interrogando a Day y Brick cuando encontraba algo extraño. Day eligió cosas por un tiempo, vio al tío y sobrino susurrandose al oído, así que se giró para mirarlo con ojos inmóviles.
"¿Qué está pasando?", preguntó Day, ocurrió que Salmón corrió detrás de la pierna de Brick.
“Cuando salimos a hablar. Salmón vio una juguetería, así que vino a preguntar y me dijo que si antes de irnos. ¿Podemos pasar y echar un vistazo?" dijo. Day se quedó en silencio por un momento antes de asentir lentamente, haciendo que Salmón sonriera mucho al escuchar esto.
"Mira, te dije que el tio Day no es feroz. Si Salmón quiere algo o quiere ir a algún lado, Salmón puede ir y decírselo al tio Day", le dijo Brick a su sobrino porque Salmón vino a pedirle a Brick que hablara con Day por él mismo, porque quería visitar en una juguetería.
"Tío Day, ¿no está enojado?", preguntó Salmon en voz baja.
“Entonces, ¿por qué lo estaría? Salmón no hizo nada malo. Solo seré feroz cuando Salmón sea testarudo". Day respondió, su voz era más suave que nunca. Salmón se inclinó ligeramente.
“Así que el tío Brick debe ser más terco que Salmón. Salmón ve que al tío Day le gusta regañar al tío Brick”, dijo Salmon, según la ingenuidad del niño. Day sonrió levemente.
"Tan terco", fingió decir Day, Brick arrugó un poco la nariz hacia su novio. Day levantó la mano y le apretó la nariz de mala gana.
"Uf... no puedo respirar" Brick se apresuró a sacudir la mano de Day. Day negó con la cabeza, sonriendo y los llevó a los dos a seguir comprando. Day miró el carro y lo reorganizó para ver qué faltaba, pero tuvo que congelarse cuando vio muchas bolsas de dulces.
