Tu Primer Mentira - Dazatsu

Extra 💖

Ambos vestían de forma elegante, propio de un día tan especial como ese. Dazai miró al chico tigre con una sonrisa, admirando lo hermoso que se veía y aquel lirio atrapado en su bolsillo

-Te queda muy bien ese traje -elogio el castaño

-Usted también se mira muy bien -respondió por lo bajo el agente

-El amor es algo realmente poderoso, puede hacer que hasta el ser más vil se vuelva una persona diferente por ese alguien especial. Cuando el amor toca a nuestra puerta, debemos atesorarlo y cuidarlo. No siempre es nuestro fin, si no un bote que nos acerca a estar con nuestra alma gemela, pero podemos sentir con seguridad cuando hemos llegado con la persona indicada. En este caso, podemos asegurar que estos dos, ya se  han encontrado el uno al otro, sin más esperas. Por eso estamos reunidos hoy, para unir a estas dos personas que se aman. Pero antes, si alguien se opone, es su momento de levantar la mano

-Dudo mucho que alguien quiera morir el día de hoy -susurro Dazai con una sonrisa burlona

-¡Osamu-san! -regaño por lo bajo Nakajima

-¿Que? ¿En serio crees que alguien sería tan tonto para enfrentarse a dos mafiosos enamorados? -volvio a susurrar mientras señalaba a los novios

Al no ver a nadie hacer un escándalo, el jefe de la Port Mafia prosiguió.

-Chuuya-kun, tus votos.

El pelirrojo miro a su superior y afirmó decidido, había ensayado lo suficiente y esperaba que le saliera mejor que cuando práctico frente al espejo y su casi madre, Ozaki

-Ryuu, el día que te pedí matrimonio estaba tan nervioso que casi tiro el anillo al mar, afortunadamente tú lo atrapaste con Rashomon. Eso solo es una prueba más de como cada que siento que estoy por arruinarlo, tu apareces para darme la calma que a mí me falta. Mucho tiempo creí que yo no era más que un monstruo, pero aún alguien como yo pudo encontrar una familia y, así mismo, encontrarte a ti. La sensación que me ha invadido desde que me acerque más a ti, me hizo comprobar que soy humano y, tal vez, que incluso podría ser suficiente para hacerte tan feliz como tú a mí. ¿Alguna vez has sentido fuegos artificiales? Me había tocado verlos, pero los sentí el día que te reiste a mi lado por primera vez, ese día me di cuenta que una imagen puede ser más arropadora y cálida que cualquier manta. Sin caer en exageraciones, puedo jurarte que si estoy en la tormenta más fría, esa imagen evitaría que me congelara, es simplemente increíble. Pasamos diferentes misiones en las que me mostraste lo fuerte que eres, de hecho, me atrevería a asegurar que eres más fuerte que yo, jamás te detienes y eso es algo que admiro de ti. Mi problema fue que mi amor por ti creció y sentí que estaba volviéndome loco por quererte más cerca aún cuando ya estábamos saliendo, fue entonces cuando me di cuenta que aún había algo que hacer. Aún me cuesta creer que estoy parado frente a ti a punto de casarnos, la opción de golpearme para comprobar si es un sueño se vuelve más tentadora

-¡Yo puedo hacerlo! -levanto la voz el de vendas

-¡Tu cállate, escoria! -le gritó el de sombrero devuelta, aclaro su garganta algo apenado por perder la calma en un momento como ese, el azabache solamente río levemente -Lo que quiero decir es... Estoy tan agradecido porque salvarás mi propuesta de matrimonio y aún con esa vergüenza, aceptaras. Puedo prometerte que me encargaré de cuidarte, no dejaré que te sientas solo y jamás serás una molestia para mí, en cualquier momento que me necesites, estaré a tu lado. Eres mi mayor tesoro, Ryuunosuke

Ozaki estaba por acabarse sus pañuelos, feliz al ver qué ver el amanecer junto al mafioso al no lograr decirlo de forma correcta tantas veces, había funcionado para algo.

-Akutagawa-kun

-Oh

El pobre solamente miraba a su pareja, aún conmovido por sus palabras, casi se le olvidaba que el también debe de decir las suyas. El chico miro a su hermana, quien estaba a una distancia cercana y le dedicaba una gentil mirada como apoyo. A ella también le había tocado escucharlo ensayar, ayudándole con su gran paciencia para decir sus palabras sin trabarse por la vergüenza.