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Sonrío cuando el hombre se estaciono frente a un gran edificio, lo miro.

-Muchas gracias, en serio Akiyama.

-No es nada, ¿Llevo las maletas a la casa de Yuta.

-Pues...-dudo un momento pero termino asintiendo.-Si, gracias.

El representante de Yuta le volvió a sonreír negando con la cabeza. Estuvo a punto de salir pero se giro a mirarlo.

-Oiga, en serio ¿Rosé y el nuevo bebé, no van afectar la carrera de Yuta? -preguntó con una mueca.

-No te preocupes Mark, es la vida de Yuta y el toma sus propias decisiones, tu lo conoces, es terco. Va a hacer lo que quiera.-se encogió de hombros sonriendo. No te preocupes por nada, todo estará bien, el mundo allá en el extranjero y por acá es muy diferente, aquí aman a los bebés.

Mark asintió lentamente, no sabía que pensar, estaba confundido y le dolía mucho la cabeza.

-Bueno, esta bien. Muchas gracias, voy a...-señaló el edificio.-Entrar.

-Fighting.-le sonrió alzando su puño.

Mark salió del auto suspirando y entrando al gran edificio. Caminó un rato hasta llegar al piso donde le había sido indicado, encontrando sólo a un chico de tez morena, alto y con el cabello rizado. Tomo una respiración para luego tocar su espalda ya que no llegaba a su hombro.

-Ho-hola...

El chico giró y lo miró con ofreciéndole una hermosa sonrisa de dientes perfectos.

-Hola, ¿Necesitas algo?

Mark tomó una respiración para luego asentir.

-Emm, Yuta, ¿Lo has visto?- dijo en Japonés. Al ver al chico levantar una de sus perfectas y pobladas cejas negó con la cabeza para que el chico no tuviera ideas equivocadas.-No, no, Rosé, soy el papá de Rosé.

El chico pareció entender todo.

-Ahhhh, eres el papá de Rosé.-sonrió extendiendole su mano.-Soy Daiki, Rosé está en el colegio pero Yuta está allí haciendo su segunda sesión.-dijo señalando detrás de el.

-Oh, muchísimas gracias en serio.-Inclinó su cabeza mientras agradecía.

El chico le volvió a sonreír y con eso Mark se dirigió a donde había señalado, inmediatamente encontró a Yuta sentado mientras una chica pasaba una pequeña brocha por sus ojos, luego de un rato el ahora peliblanco acomodo su ropa y posó para la cámara. Mark sentía que el mundo de la daba vueltas, y no, no eran los síntomas del embarazo.

Mark estaba asustado, y más que por decirle lo del nuevo bebé era el hecho de que Donghyuck le había dicho que Yuta lo amaba, ¿sería verdad? Y si lo era, ¿por que nunca se lo dijo? Habían tenido muchísimas oportunidades en las que el modelo podía haberle dicho lo que sentia en vez de meterse en sus pantalones. Aunque Mark realmente no se estaba quejando de eso.

Luego de casi media hora apoyado en la pared sin que nadie le prestará una real atención y que Mark se diera cuenta de la pésima seguridad del lugar, se incorporo caminando hacia donde estaba Yuta hablando con varias chicas. Decir que estaba incómodo era poco.

-Yuta...

El peliblanco se giró rápidamente al escuchar la voz del coreano.

-¿Makku?-sonrió mirándolo sorprendido. -¿Que haces aquí?-se acercó a el aún con una sonrisa y lo abrazo por unos segundos, se giro a mirar a las chicas que estaban ahí mirandolos con una sonrisa. -Chicas, este es Mark...-lo miró con una mueca que al parecer era una sonrisa.-Mi ex, eh, el papá de Rosé.

𝑅𝑜𝑠𝑒́ (yumark) EN EDICIÓN Where stories live. Discover now