¿Me van a dejar hablar? [Presente MVDH #1]

Capítulo 31: "¡Despiértenme!"

«¿Puedo sentarme aquí?»

«No».

«Igual lo haré».

Me hago de piedra, así, parada frente a Max, y me fijo que su vista se desvía por encima de mi hombro para luego añadir un ceño fruncido inconforme.

—Jack. —Me giro con una sonrisa—. Que rápido llegaste.

Me acerco a él, quien sigue sonriendo, y lo agarro del brazo como recibimiento.

—Te dije que estaba cerca. —Extiende el brazo hacia Max—. Hola, Max.

Él mira la mano como si realmente fuera ese el propósito por el que Jack lo levantó, para que lo contemplara. Su vista se dirige a mí y le hago muecas para que la estreche.

—Que grata sorpresa. —La estrecha y canto un aleluya—. No sabía que vendrías.

—Ah. —Jack intensifica su sonrisa—. Amelia no tuvo tiempo de avisarte. Me contó que te estaba acompañando y quise unirme para ver si podíamos hacer algo los tres juntos.

Max me da otro vistazo y esta vez la evito a toda costa.

—Antes quiero aprovechar para agradecerte de nuevo por haber protegido a Amelia en aquel atraco. —Me rodea los hombros con su brazo—. Por más fuerte y especial que fuera me tranquiliza saber que no estuvo sola cuando ocurrió.

Pongo una sonrisa conmovida y soñadora, puramente casta, agradecida de tener a alguien que se preocupe tanto por mí.

—Estaría mintiendo si dijera que tuvo suerte de que estuve allí en el momento indicado —comenta el otro—, la verdad sería que yo tuve suerte de encontrarme con ella. No creo que habría podido sobrellevarlo sin su presencia.

Sí, de acuerdo, ya es suficiente de hablar de esto, y más si van a estar diciendo cosas raras.

Ok, mejor sigan hablando, tampoco se queden callados.

Levanto la vista hasta Jack y me fijo que él no deja de ver a Max. Si no lo conociera diría que lo está analizando, pero él nunca ha hecho eso porque cree que todos son amigos sin importar qué tan poco los conozca.

—¿Jack?

Pestañea, como si volviera en sí, y me enseña su acostumbrado y alegre rostro.

—¿Nos vamos? Muero de hambre.

—Claro —responde.

Pensé que me soltaría, pero en cambio caminamos así, con él abrazándome.

—¿Quieres escuchar algo de música? —me pregunta con dulzura.

Sí, aquí hay algo extraño. Desde que salimos del hospital Jack se ha mostrado demasiado atento conmigo.