Capitulo Final

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Nicholas mantuvo el ramo de flores tras la espalda cuando abrió la puerta principal. Quizá fuera una tontería, pero quería pillar la mirada de sorpresa de _____ cuando se las regalara.

–No está aquí.

Frunciendo el ceño se dio la vuelta para encontrase con Alba Butler. A sus ojos asomó la simpatía, pero Nicholas la ignoró.

-¿Qué? ¿Dónde está?

-Se ha ido.

Asombroso el efecto que tres simples palabras podían causar en el sistema nervioso de un hombre. Con la boca seca, Nicholas consiguió preguntar.

-¿A dónde?

–A su casa.

A su casa. Parecía que él había sido el único en considerar el apartamento la casa de los dos.

-¿Y la niña?

-Dentro -hizo un gesto hacia su propio apartamento-. Dormida.

Nicholas asintió en silencio y apretó el celofán que envolvía el ramo.

-Dijo que te había dejado una nota.

-Una nota.

Después de la noche que habían compartido.

Después de haberle propuesto matrimonio. Le había dejado una nota y había desaparecido.

Un profundo vacío se abrió dentro de él.

Maldición. Él había sentido que algo iba mal. Cuando habían hablado por teléfono había notado un temblor en su voz que le había preocupado. Pero se había convencido a sí mismo de que todo iba bien. Que lo hablarían todo en cuanto volviera a casa.

Nunca había imaginado que simplemente se largaría.

-¿Nicholas? ¿Estás bien?

Miró a la mujer mayor.

Era extraño que su antigua enemiga pareciera ahora su única amiga.

–Ahora mismo iré a recoger a la pequeña.

-No hace falta que te des prisa. Tómate tu tiempo.

Nicholas entró en su apartamento y cerró la puerta tras él. Nada le recibió. Ni un olor interesante desde la cocina. Ni los gorgoritos felices de Estrella en su silla ni _____ canturreando al bebé.

La vaciedad de su alma empezó lentamente a llenarle de rabia. ¿Cómo podía haberse ido sin una sola palabra?

Entonces se acordó. La nota.

Apretando los dientes, deslizó la mirada por la habitación y la vio casi al instante.

Se le contrajo un músculo en la mandíbula y lo rasgó con rapidez.

Querido Nicholas:

Estrella está con Alba y lo he arreglado para que mañana vaya una nueva niñera a cuidarla. No quería que fuera así, Nicholas, pero no puedo casarme contigo. Por favor, entiéndelo y no me sigas. Siempre me acordaré de Estrella y de ti. Amor, _____.

-¿Amor, _____? -repitió él en voz alta.

Mirando a la nota que tenía en la mano, la arrugó hasta hacer una bola con ella.

–No es tan fácil, _____–dijo furioso–. Si vas a dejarme, vas a tener que decírmelo a la cara.

Todavía gruñendo, se dirigió al teléfono y marcó enseguida el número de Kenia.

Un regalo a su puerta.Where stories live. Discover now