Blanca Navidad

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Las primeras nieves del año cubrieron por completo los campos de Hogwarts, una vista preciosa des de las ventanas de las torres de gryffindor. Después de estar mirando por la ventana más de una hora Hermione se alejo de ella y se dirigió a la sala común para despedir a sus tres amigos.

Bajo las escaleras rápidamente los tres estaban sentados delante de la chimenea encendida esperándola. Al oírla bajar los tres la miraron.

- Hermione todavía vas en pijama. ¿De verdad te quedas a estudiar? ¿O es un plan para vaguear todas las vacaciones y que no nos riamos de ti? –Ron la miraba divertido, ese pijama de ositos era muy infantil para alguien tan madura.

- ¡Ja ja ja! Que gracia Ronald. No me he vestido porque voy a quedarme cómodamente en mi cuarto poniéndome al día con todos mis trabajos. – Se sentía mucho mejor y tenía muchísimas ganas de ponerse al día de una buena vez con todos los estudios.- Tengo mucho que hacer y poco tiempo.

- ¿Poco tiempo? Tienes todas las vacaciones. Hermione son dos semanas, no tenemos tantos deberes.- A Harry no le cuadraban las cuentas apenas tenían un par de trabajos, con dos semanas para ella había más que de sobras.

- No solo tengo que hacer los deberes, Harry, tengo que recuperar todas las notas que me han bajado. He hablado con los profesores y me dejan hacer un trabajo de cada asignatura para recuperar mis fantásticas notas.

- Espera, espera, espera. ¿Un trabajo de cada asignatura? Eso para ti que las haces todas excepto adivinación son…- Ginny paro un momento intentando contar mentalmente todas las asignaturas de su amiga.- ¡Imposibles de contar!

- Solo son diecisiete con los dos que tenemos de deberes. No es para tanto, como ha dicho Harry tengo dos larguísimas semanas.- Mientras hablaba miraba divertida a sus amigos echaba de menos esas caras de incredulidad.- Venga chicos se va a ir el tren sin vosotros.

Se despidieron y desearon una felices Navidades en la sala común, en cuanto el retrato se cerró detrás de ellos dirigió sus pasos hacia las escaleras. Un número incalculable de libros y pergaminos en blanco la llamaban a gritos.

- Dos semanas para mi sola, genial.

Por primer año des de que empezó en el colegio no quedaba nadie más que ella en la torre de gryffindor, tenía todo el tiempo del mundo al no tener que ejercer de prefecta. Apenas entro en la habitación ya estaba tremendamente concentrada en el libro de historia de la magia. En apenas esa mañana ya había terminado el trabajo y para no acumular pergaminos encima de su escritorio decidió entregarlo al profesor a la hora de comer.

Se levantó estirando todos los músculos agarrotados de estar en la misma postura toda la mañana y se dirigió al baño. El agua caliente llenaba poco a poco la bañera mientras ella se desvestía. Puso sales de baño de lavanda y espuma de violeta, le encantaban esas flores su olor la relajaba. Puso su despertador por si se quedaba dormida y se metió dentro de la bañera.

- Esto es la gloria.- Des de hacía mucho tiempo no pensaba en nada, solo estaba allí en su bañera sin pensar en nada ni nadie.

El despertador sonó, como había pensado se durmió en la bañera y se sobresaltó tirando agua fuera de la bañera. Se levantó y con un movimiento de varita seco todo el suelo y a ella. Salió sin cubrirse ya que estaba sola y eligió unos vaqueros y un jersey de lana para ir a comer.

Estaba todo nevado, un paisaje que a cualquiera le encantaría pero él lo odiaba. Ya había suficiente frio en su vida para que la nieve viniera a helarlo más. Se ajustó la capa para taparse mejor y cogiendo su escoba se dirigió a cumplir su cometido. Nada ni nadie le parara, estaba decidido.

Sueños de esperanza. (Draco y Hermione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora