Capítulo 15

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Daryl que iba delante abrió la puerta de la taberna haciendo sonar una campanita.

La taberna o hostal realmente no teníamos ni idea de lo que era, era de madera tan vieja que me daba la sensación que al tocar un poco de más sus paredes exteriores caerían como arena, el color de la madera era oscuro y desgastado, y nuestros pasos al subir por las escaleritas del porche no dejaban paso al crujido constante de la madera.

Algo de este lugar me daba mala espina, pero no podría decir el que.

Yo iba la última por lo cual al entrar sentí las miradas de todos los hombres ahí reunidos. El lugar por dentro estaba aún menos cuidado que lo que habíamos visto fuera, en el techo se podía ver alguna que otra madera colgando y las mesas en las cuales estaban sentados repletas de vasos de cerveza, el fuego que había en medio de la sala calentaba el frío lugar.

Daryl se abrió paso hasta llegar a la barra donde había un hombre riendo y con un palillo en su boca. La gente lo siguió con la mirada por todo el lugar.

- Perdone- llamo su atención Daryl.

Entonces el hombre se giro con una cruel sonrisa hacia él.

- Gente nueva por lo que veo- su mirada decayó en nosotros y se relamió los labios.

Asco.

Me puse en guardia en cuanto vi a uno de los hombres levantarse de su sitio y acercarse hacia nosotros.

- Solo buscamos un alojamiento- dijo cauteloso Daryl.

- ¿A si?

- Nosotros tenemos hambre- una voz fuerte se abrió paso entre la conversación.

- Si la tenemos- respondió el hombre detrás de la barra.

- Hace mucho que no tenemos presas- otro hombre se acercó a Daryl.

- Y menos tantas que vengan por si solas- el anterior hombre se reclino en la barra.

- No queremos problemas- Daryl se fue alejando de ellos.

El hombre que se había levantado de su sitio empezó a acercarse a mí.

Y entonces sonrió y sus colmillos afilados se hicieron ver.

Su boca era igual a la de un animal carnívoro. Tantee uno de mis cuchillos que tenía en el cinturón. En cuanto el hombre alargo su brazo hacia mí para tocarme se le cogí y se lo retorcí, este empezó a gemir de dolor y a balbucear que lo soltara.

- Esa va a ser apetitosa, será nuestro postre.

Y entonces todos los hombres se levantaron para tirarse encima nuestro.

Aún sin soltar al hombre del brazo pateé en la barriga a uno de ellos y al otro le lancé el cuerpo del hombre al que le retorcía el brazo. Ya sin nada en las manos, saqué mi arco y empecé a cargarlo.

Daryl se ocupaba de los que tenía en la barra y los demás de los que se habían juntado entre nosotros, corrí hacia las mesas y me subí en una de ellas para empezar a tensar el arco y clavar las flechas en los cuerpos de los hombres que se habían aglomerado en el lugar en el que estaba Daryl. Acabé con los que pude y Daryl los remato.

Calix estaba en uno de los lados luchando cuerpo a cuerpo contra los que venían hacia él. Sus puños directos hacia la cara o pecho, disparé contra sus contrincantes y cuando los de su alrededor cayeron me miro y por primera vez me regalo una sonrisa sincera antes de volver a atacar.

En cuanto acabamos con la mayoría empezamos a relajarnos, pero sin duda fue una mala idea. Un grito escalofriante llamo nuestra atención, a Theon le estaban clavando los dientes en la pierna desde abajo, la boca del hombre o animal, mejor dicho, estaba repleta de sangre igual que la herida de Theon. Calix se lo saco de encima y le propino una patada en la espalda.

En cuanto todos cayeron fuimos corriendo a socorrer a Theon, este estaba con los ojos cerrados con fuerza.

- El veneno...- susurró Theon.

Y entonces sus ojos se cerraron.

La Última de las MelodíasWhere stories live. Discover now