Capítulo 8

1.2K 82 30
                                    

Londres, veintinueve de noviembre, 2020.

El picnic de ayer terminó siendo bastante agradable. Fue una instancia en la que ambos nos comportamos como personas civiles y hablamos más que nada de lo que hicimos todo el tiempo que estuvimos sin contacto; Harry de su gira y algunos otros trabajos que tuvo que hacer y yo de mi voluntariado en Ecuador. Estuvimos unas buenas horas conversando y compartiendo, riéndonos de nuestras experiencias y de algunos chistes que se le escapaban el rizado y la verdad es que adoraba cómo ayer en ningún momento me sentí inquieta o incómoda con lo que iba a pasar en algún futuro, sintiéndome muy bien con su compañía después de mucho tiempo.

Y ahora nos encontrábamos en el coche de Tess, camino a las afueras de la ciudad en donde estaba la casa de mis padres. El atardecer otoñal de Londres se pintaba de un naranjo oscuro y unos dejes de rosa, dando un ambiente bastante romántico. Harry se mantenía bastante ocupado molestando a Piper atrás con su juguete chirriante, haciéndolo ladrar de vez en cuando y a mí soltar una sonrisa.

Había insistido en que era mejor ir en el auto de mi amiga, ya que si íbamos en el coche de Harry podríamos llamar la atención. Además, existía la alta probabilidad de que él se confíe y a la vuelta me dejara en su casa en lugar de la mía.

Tengo que comprarme un auto urgentemente.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —su voz sonó profunda sobre la música de la radio y yo hice un ruido de afirmación, sin quitar mis ojos del camino—. Cuando tu papá me invitó a cenar, ¿por qué te viste tan alarmada?

Mordí mi labio inferior y solté un suspiro pesado. Sabía que tarde o temprano iba a preguntarme sobre aquello y yo simplemente debía ser honesta con él.

—Me recordó a la vez cuando llegó tu vecina y me pidió una foto —añadió con cierta nostalgia en su voz—. Hiciste la misma reacción; ojos grandes, labios temblorosos y cuerpo paralizado... ¿acaso es por mí?

—Fueron situaciones distintas —le respondí, mis dedos rodeando con fuerza el volante de mi auto—. En ese entonces temí por mi privacidad y por toda la mierda que iba a llegarme sólo porque estaba relacionada contigo... Ahora es... diferente.

—¿En qué sentido? —inquirió, apoyando su codo en la puerta y volteándose para mirarme—. ¿Olvidas la razón por la que me pediste no ir en mi auto?

—Sabes que la fama dejó de ser preocupación mía hace tiempo, Harry —murmuré con un cierto tono de advertencia, recordando la vez que encontraron mi perfil de Instagram—. Esta vez tiene que ver con nosotros...

—¿Y qué pasa con nosotros, Lens? —preguntó, y no supe si era una pregunta capciosa o realmente no sabía. La verdad de las cosas es que yo tampoco tenía clara la imagen de nuestra relación.

Recuerda ser sincera con él, Lenny...

—Sigo enamorada de ti —le confesé, y por su reacción pude adivinar que no se esperaba dicha revelación, sus ojos abriéndose como platos—. Y aprecio mucho que quieras arreglar lo nuestro, porque yo también quiero. Pero todavía tengo miedo, Harry... Nuestros estilos de vida y nuestras prioridades son tan distintas que temo a que ocurra lo mismo y no sé si sea capaz de...

—Cariño, respira —me interrumpió, dándome cuenta que había empezado a hablar tan rápido que ni me dediqué a tomarme un respiro.

Inhalé y exhalé profundamente, mi corazón latiendo con fuerza contra mi pecho al abrirme de esta manera con él. Sentí su mano sobre mi pierna, dándome un ligero apretón que hizo que mis ojos viajaran a él por unos segundos antes de volver mi vista al camino.

A little bit yours » h.sWhere stories live. Discover now