Capítulo 2

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Londres, veinte de noviembre, 2020

Ignoré el cansancio en mi cuerpo luego de haber estado viajando todo el día y lo primero que hice al llegar a Londres fue irme de inmediato al hospital, cargando mis maletas y unas tremendas ojeras bajo mis ojos. Éstos además estaban hinchados, ya que me había pasado la mayoría del vuelo llorando por el estado de mi madre a tal punto que casi no me quedaban lágrimas.

Me sentí bastante afortunada de que la habían internado en el hospital donde antes trabajaba, y una sensación agradable de familiaridad me inundó apenas crucé las puertas. Aquellos que conocía me saludaron rápidamente mientras que yo trataba de evitar conversaciones sin sentido por la urgencia que tenía de ver a mi mamá, la mayoría diciéndome lo felices que estaban de verme y muchos deseándome buena suerte y ánimos.

Llegué a mi servicio y me encontré con Mariam en la estación principal. Ella apenas levantó su mirada y se percató de mi presencia, se levantó de su silla y corrió hasta a mí para abrazarme. No era un abrazo de bienvenida, era un abrazo de consuelo, y me di el lujo de llorar un poco más sobre su hombro mientras ella pasaba sus manos por mi espalda, sintiéndome un poco aliviada de al fin tener contacto físico con alguien familiar después de mucho tiempo.

—¿Dónde está? —pregunté con voz entrecortada, mis labios pegados a la tela de su ropa.

—Te llevaré, está tu padre, tus hermanos y Tess —susurró y se separó para tomar mi rostro con sus manos, dedicándome una triste sonrisa—. Estoy tan agradecida de que hayas vuelto, te extrañé mucho.

—Y yo a ti —admití, secándome las lágrimas con el dorso de mi mano—. ¿Podrías contarme qué fue lo que pasó?

—Salió a comer con unas amigas, y mientras volvía a casa perdió el control del coche en la carretera... El volante impactó directamente con su estómago y bueno...

—¿Se le perforó? —pregunté mientras caminábamos a la habitación y ella asintió con una mueca.

—Eso y el intestino —suspiró y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza. Joder, qué lío—. Perdió mucha sangre, pero la cirugía logró estabilizarla.

Llegamos a la puerta y Mariam la abrió por mí. Ahí estaban efectivamente mi padre, Sean, Trent, Jane, Duncan y Tess.

—Normalmente no dejo que muchas personas estén dentro de una misma habitación... pero... —Mariam comenzó a hablar, sin embargo no me di la molestia de seguir escuchándola cuando dejé caer mis cosas y corrí hacia el interior, lanzándome a los brazos de mi padre.

—Mi Lenny —musitó abrazándome con fuerza, mis manos tomando con necesidad la tela de su abrigo.

—Oh, papá —no evité en sonreír al aspirar su aroma que se me hacía tan familiar y al darme cuenta que al fin tenía un ser querido a mi lado. Y no sólo uno, sino que toda mi familia y mi mejor amiga—. Los extrañé tanto, vine apenas Tess me contó...

—Y encuentro muy innecesario que hayas dejado todo —la suave y cansina voz de mi madre se hizo paso por mis oídos.

Me separé ligeramente y mis ojos cayeron en ella. Sus párpados apenas estaban abiertos, tenía unos ligeros cortes en su rostro y una venda gruesa en su brazo, su sonrisa maternal jamás abandonando su cara.

—Mami... —hice un puchero y me acerqué a ella para tomarle la mano, teniendo cuidado de no tocar su acceso venoso que se encontraba insertado en la vena de su muñeca—. ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien... cansada de estar acostada en esta estúpida cama —rió ligeramente y aquel acto la hizo retorcer del dolor.

—Irene —mi papá arqueó una ceja en su dirección a modo de advertencia y ella rodeó los ojos.

A little bit yours » h.sWhere stories live. Discover now