Un flechazo por mi Jefe | ✓

Capítulo 25: Regalo especial

Especial fin de año 1/2

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Gracias por volver a mi vida....
 
Elle...
 
Elle... gracias por volver....  a mi vida...
 
Elle... Elle... Elle....
 
Las palabras de Nick seguían repitiéndose una y otra vez en mi cabeza, como un disco rayado, una melodía que comenzaba a aprenderme de memoria, una simple oración que tenía en completo caos tanto mis sentimientos como mis pensamientos.
 
¿Qué había querido decir con eso?, era la primera pregunta que había rondado mi mente y la que inició una cadena de más preguntas.
 
—Elle.— salté en mi silla cuando escuché mi nombre, era él, el causante de que todo en mi estuviera patas arriba y que provocaba que mi corazón se acelerara con solo sonreír —¿Estás bien? Pareces distraída.
 
—Estoy bien.— mentí.
 
Claro que no estaba bien y claro que esta distraída, mi mente era un caos, y él era el culpable, él y lo que había dicho la noche anterior.
 
¿Cómo había soltando eso sin más? ¿Y cómo se había atrevido a quedarse dormido después de soltar una bomba como esa?
 
Después de esa simple oración pensé que estaba alucinando, pensé que había sido producto de mi imaginación así que lo llamé para confirmar que todo fuera real, pero lo único que había recibido de él fue su respiración acompasada, así que mejor había dejado de insistir y me había metido en la cama.

A la mañana siguiente todo parecía normal, como si lo de la noche anterior no hubiera pasado, y como Nick no había mencionado el tema yo tampoco lo había hecho porque ¿qué se suponía que debería decirle?, un "Oye Nick ¿qué significa lo que dijiste anoche?", o tal vez era mejor preguntar si lo había dicho y no fue producto de mi imaginación con un "¿en verdad mencionaste que te alegra que volviera a tu vida?", de ambas formas quedaría como una idiota.
 
Así que aquí estaba con un caos en mi cabeza y un punzante dolor en la sien.
 
No parecía muy convencido —¿Segura?
 
—Si, es solo el estrés del trabajo, no estoy acostumbrada.— hice un ademán de manos para restarle importancia y parecer más convincente.  Además en parte era cierto, esta semana de trabajo había sido la causante de todo, de todos los momentos felices e incómodos que habíamos pasado.
 
«Era tu oportunidad»
 
Me recordó una vocecita en mi cabeza, y todo era tan confuso que no sabía si la había aprovechado o había hecho todo lo contrario.
 
Asintió —Es cierto, ha sido una semana muy pesada, pero tranquila, hoy será el último día, mañana estaremos de regreso.
 
Otro problema, mañana volveríamos a casa.
 
Cada día que pasaba descubría una faceta diferente de Nick y vivía una aventura a su lado, de hecho estaba siendo la mejor semana de mi vida y me daba melancolía que terminará, pero todo tenía su final y sabía que éste era inevitable, mañana sería viernes y nuestro vuelo de regreso saldría a las 7 de la mañana.

Pero no sólo eso me ponía inquieta, sino también el hecho de que el sábado sería la boda de Abby y Luke, el gran día había llegado, el día en que mi hermanito se casaría y el día en que terminaría el plazo que decidiría que iba a hacer con mi vida.
 
Más cosas con las que lidiar. Definitivamente hoy no era mi día.
 
Salí de mis pensamientos cuando Nick carraspeo y vi que me ofrecía su mano, al ver que no decía nada la acepté dudosa y casi tropiezo cuando me arrastró hacia el elevador.
 
—¿Qué hacemos?— pregunte confundida.
 
Nick sonrió y me apretó la mano —Nos tomaremos el día libre.
 
—¿Bromeas? Tenemos demasiado trabajo, la gala benéfica es hoy y tengo que encargarme de los preparativos para que todo salga a la perfección.
 
Además no podía quedarme a solas con él, no hoy, no cuando después de lo que había dicho ayer su sola presencia me ponía los nervios de punta y me aceleraba el corazón mil por hora.
 
—El día de hoy el trabajo se puede hacer sin nosotros.— sonrío de medio lado de una manera muy sensual —Y hay más personas que se encargarán de la gala benéfica.— añadió.
 
Sonreí resignada —Se me olvidaba que ser el jefe te permite ciertos privilegios.
 
Nick me guiño el ojo —Exactamente, y mientras estés conmigo tú también podrás disfrutar de esos privilegios.
 
Me lleve una mano dramáticamente a la frente —¿Hablas en serio? Me siento la chica más afortunada.
 
Nick me levanto la mano por encima de la cabeza junto con la suya y me dio una vuelta, ambos reímos —Lo eres.— tenía la sonrisa más encantadora de todas, una que podía derretir a cualquier chica y hacerla sentir que estaba en las nubes.
 
—Entonces, ¿a dónde vamos?— pregunté cuando me recupere y deje de babear por él.
 
Negó divertido —No te puedo decir.
 
—¿Por qué?
 
—Es una sorpresa.
 
No me gustaban las sorpresas, odiaba la incertidumbre y la ansiedad de no saber que estaba pasando, odiaba la sensación de curiosidad, definitivamente no me agradaban las sorpresas en lo absoluto, así que se lo hice saber  —No me gustan las sorpresas.
 
Se encogió de hombros —Lo sé, pero esta te va a gustar.
 
A pesar de que le pregunté otras tres veces el lugar de nuestro destino mientras íbamos en el taxi, se negó a decirme y solo desviaba el tema, hizo lo mismo las tres veces que le pregunté, al final me había rendido y solo me dejé llevar por la situación. Incluso tener curiosidad por saber a dónde iríamos había hecho que dejara de preocuparme tanto por lo de la noche anterior, aunque también se debía a la pequeña escena del ascensor.
 
El taxi nos dejó en la Plaza Mayor, estaba igual que el día anterior, llena de vida, llena de personas conviviendo, riendo y disfrutando de la vida.
 
—¿Qué hacemos aquí?
 
—Te debía un recorrido por Madrid.— dijo Nick con una sonrisa pícara.
 
Abrí los ojos sorprendida —¿Hablas en serio?— chille emocionada, cuando me confirmo con la cabeza me lancé hacia él para abrazarlo entre risas de emoción, cuando él me devolvió el abrazo sonreí de oreja a oreja y aspire su aroma enamorada.
 
—Pero será algo corto, tenemos que estar listos a las ocho para la gala benéfica.
 
Asentí —¡Vamos! ¡Vamos! Hay tanto que mostrarte y tan poco tiempo.— dije arrastrándolo entre la gente, escuché su ronca risa y sonreí aún más, estaba completamente feliz, todo lo que me preocupaba hace tan solo unos segundos había quedado olvidado.