Día 10

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Moví el alfil te deje en jaque. Se que te costará creerlo, pero salimos la persona coqueta del otro día y yo; me llamo e invito a salir, dije que si, no se que otra cosa podría haberle dicho. Me encontré con nervios sin saber que responder tartamudeaba y no me encontraba en mi zona de confort a pesar de todo pude contestarle afirmativamente.

No fue desagradable bebimos un café mientras charlábamos, caminamos luego por un muelle extenso, nos sentamos simplemente a observar el ocaso y nos dimos la promesa de repetirlo alguna vez; aunque si llega mi dosis de sinceridad no sentí nada, no sentí dicha de acompañarme con tan elocuente persona, no sentí alegría por su compañía, no quería herirle tenia mucho miedo de ser como tu.

Hacerle daño a un ser inocente, jugar con sus sentimientos y aplacar su luz; no podía hacer eso, no podía ser como tu aun si lo intentará simplemente acabaría conmigo el dolor de haber tenido tan siquiera una víctima.

Desde los años ancestrales el hombre es venerado al tener más de una mujer, mientras las mujeres son pisoteadas al tener más de un hombre; aveces lo pienso y parece ridícula esa creencia ninguno de los dos debería tener ni más, ni menos que uno solo, esa creencia ridícula es la que nos hace ser infelices.

Si tu no puedes estar con una sola persona deberías simplemente considerar la idea de quedarte solo hasta que tengas la madurez de enamorarte de una persona que esté igual de enamorada que tu.

Eso era lo que solía pensar y pienso aún al menos...

DesolaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora