Día 8

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  Volví a caer en el juego me destruyó, me aparto, volvió a tenerme solo para dejarme una vez más aniquilando los fragmentos restantes de mi alma ya marchita, pero no fue como la vez anterior, esta vez no llore, no sufrí, no sentí aquella necesidad de finalizar el pacto sucio que tenían cupido y sus flechas mal hechas. Llegó el momento bien lo sabía yo, algo en mi interior rogaba por hacerle lo mismo a alguien más, no quería de verdad intente no hacerlo; esta parte de mi no quería quedarse dentro y lo hice.  Acabe con lo único bueno que quedaba en mi vida, mi amor propio.

  Tome una respiración profunda medite acerca de si estaba bien o no hacerlo, sobre todas las razones para no hacerlo, las negativas eran las que tenían mayor fuerza de voz entre mis pensamientos, acabar con aquello que me hace sentir mal y ser alguien que no soy para sentirme bien, mi mente sabia que no era correcto, pero mi corazón realmente lo necesitaba en este momento. sabia que aquello no terminaría bien.

 Era día cualquiera, me vi al espejo; vi que se resaltaban esas imperfecciones que antes amaba y ahora detestaba, tome unas tijeras y corte mi cabello de forma ridícula, vestí con ropas que nunca usaría en mi vida, tomé el calzado que me regalaron y jamas pensé usar. arregle mi rostro como no lo había hecho antes.

Mientras caminaba una y otra vez pensaba en lo que había hecho, no me sentía bien conmigo, creí que seria diferente, pero al verme una vez mas en el espejo, sentí lo mismo y me di cuenta que quizás cambiar por uno mismo se siente diferente, pero saber que lo hice por alguien mas, solo logra que me sienta diferente. Intente engañar al cerebro y no logre ni engañarme a mi.

DesolaciónWhere stories live. Discover now