- Caitlin, no puedes seguir así, necesitas levantarte, salir y ....... -¿divertirme? - la interrumpí antes de que siga hablando. -¿cómo sabias que diría eso? - me preguntó con el ceño fruncido. - dejame pensarlo... - dije con una mano en el mentón simulando que pensaba- ¿no crees que después de haberme repetido el mismo sermón todos lo malditos días ya me lo sabría de memoria? - sabes que trato de hacer lo mejor que puedo. - mi amiga me miro con cara triste, sabia que solo estaba fingiendo pero aun así no podía soportar verla de esa manera. - lo se, lo siento. - dije abrazandola- sabes que aun estoy dolida por todo lo que paso. - ya lo se, pero el dolor no se va a ir por si solo, si tu te pasas viendo películas tristes todo el día. - me empujó arruinando mi perfecto abrazo- te presentare a alguien mucho mas lindo h mucho mejor que ....... - no, ni lo sueñes.- dije con un tono firme- ni pienses en presentarme a alguien nuevo, porque yo, Caitlin Steven, prometo que desde hoy me queda PROHIBIDO ENAMORARME. - dije resaltando las palabras prohibido y enamorarme. - ya veremos. - dijo mi amiga para luego echarse a reír como una foca con dificultad para respirar, lo que ella no sabia era que YO pensaba cumplir esa promesa.