"- No quiero perderte, Kurloz. No quiero -"dijo sin dejar de soltar lágrimas y su agarre volvió a ser fuerte. "- No me perderás -su voz rasposa sonó entre los largos cabellos de Meulin. La acercó más, apretándola sobre su pecho-. Estoy aquí, no me iré nunca de tu lado."