Soy una reina oscura. A mi alrededor construí una gran cantidad de muros que me protegían del amor, de las intensidades y problemas que sentirlo implica. Mis muros eran los más altos y resistentes de todos los reinos que existen, es por ello que pocas personas se atrevían a cruzarlos. Las reinas como yo, podemos encontrar a un prisionero que nos haga derribar nuestros muros, por el hecho de que ya seria inútil alejarse de los sentimientos. En mi caso, los muros se han caído, pero ningún prisionero se ha quedado. He dejado de ser una reina, para convertirme en prisionera de la intensidad que amarlo me produce.