Maya decide dejar atrás su vida, y empezarla en Wondon, una ciudad que elige al azar, a dedo y con los ojos vendados. Inspeccionando (o mejor dicho, perdiéndose) por sus calles, descubre una tienda que parecía esconderse. Allí encontrará al atractivo John, un chico interesante, quién le enseñará una nueva manera de ver la música.