Aquél día cambió todo, frente a ella como si fuese poco menos que una estatua. Él apareció como uno más, pero marcó la diferencia. Mía Sellers había descubierto nuevos sentimientos que crearon conflictos en su interior. Tenía tantas preguntas por hacerse: ¿Por qué de esa manera? ¿Por qué con ella ahí? ¿Cómo podía atormentarla de esa manera? Claramente no volvió a ser la misma, pasó la semana siguiente, y la siguiente a esa, hasta que fue su turno.