Para nadie es un secreto que todos tenemos nuestra media naranja, esa persona que está atada al otro extremo del hilito rojo... Sophia no tenía idea de que se encontraría a su amigo de la infancia después de quince años y se enamoraría perdidamente de él. Myke siempre la había amado, pero no sabía que su compañera de piso era la dueña de la mansión donde vivió los primeros años de su vida. Y así fue como los dos enamorados sin saber que estaban hechos el uno para el otro, se entregaron en cuerpo y alma... Culpando al destino.