Louis sólo era un alfa tranquilo, quedándose en casa para hacer las tareas domésticas antes de que llegara su omega, limpiando su habitación y construyendo el nido perfecto; se dejaba mimar cuando Harry llegaba a casa y le dejaba hacerle mimos y nudos. Sólo que la rutina ya le aburría, y quería explorar más, hasta que volvió a anhelar estar en los brazos de su omega en la bañera una vez que se lo llevaron.