La entrada a otros universos siempre es un contacto bidireccional. La ciencia y los poderes divinos, en suficiente cantidad, son indistinguibles del otro. Almenos eso mencionan los ignorantes qué descartan solo la preponderancia de lo paranormal al equipararlo al saber limitado de los mortales. Exiliados colonos retrofuturistas apartados de su tierra natal. Con retorcidas ideologías del férreo presente. Y una mezcla de fanatismo hacia el pasado idealizado, tienen solo una misión en su nuevo hogar: Sobrevivir, sin importar el costo. Ni a quien se deba pisotear para ganar.