En una noche de fiebre y enfermedad, Tony Thompson tiene un sueño. En él observa a un chico rubio idéntico a él llorar y lamentarse mientras llama a un tal Rüdiger. Al despertar, Rudolph está a su lado y Tony le cuenta su sueño. Podría haber terminado ahí, pero al día siguiente un grupo de alumnos en viaje escolar desde Alemania llega al castillo para hospedarse. Y entre ellos hay una cara muy familiar, con cabello rubio. Una cara que convertirá la última semana de vacaciones de Tony en la más extraña de su vida, pero también en la más inolvidable.