A veces me pregunto cómo sería la vida si no hubiera nacido con la corona, si nunca hubiera sido príncipe. Creí que ya no podría seguir viviendo bajos tanta presión, estuve a punto de cerrar mis ojos y renunciar a todo hasta que conocí un pelirojo de ojos tiernos que hizo que mí vida cambiara por completo. Se que jamás se me podría permitir, pero, a veces vale la pena guardar un secreto ¿verdad?