¿Es posible enamorarse en dos semanas? Ya lo creo que sí. El día que le conocí nunca hubiese imaginado que fuese a poner mi mundo patas arriba. Yo creía que iba a ser como todos los demás: egoísta, malhablado, creído, machista, insoportable y arrogante. Pero no fue así. Me equivocaba. Y, en el preciso instante en el que creí poder trabar una amistad con él, pensé que se me habían cruzado los cables. Que me había vuelto loca. Aun así, decidí correr el riesgo a enamorarme de él. Aunque como siempre, el destino decidió jugarme una mala pasada, y lo que empezó siendo la mejor etapa de mi vida, acabó convirtiéndose en un infierno.