Nunca hay que mezclar el trabajo con los placeres del amor. Una bala podría derrumbar todo un castillo de privilegios, pero tambien, hacer añicos los corazones más fríos del planeta.
Nunca hay que mezclar el trabajo con los placeres del amor. Una bala podría derrumbar todo un castillo de privilegios, pero tambien, hacer añicos los corazones más fríos del planeta.