Sentía que todo su mundo se venía abajo desde que ellos soltaron la bomba y, no contentos con eso, dejaron el peso de aquella elección sobre sus hombros. Sus padres se separaban y ella debía decidir con cuál se iba a quedar, lo cual implicaba que iba a herir a uno u otro y que todas las consecuencias de aquella separación dependían de ella. Era injusto y la desesperaba, volviéndola incapaz de pensar y afrontar la situación. ¿Qué podía hacer? Solamente se le ocurrió una opción: la consultora. [Serie La consulta de Ona #3]