Los deseos de ser dueño de mis pecados se hacen añicos cuando la certeza me embiste contra el tiempo y me cuestiona sobre el esfuerzo que he cantado entre los 4 vientos para deshacer las cadenas de la inseguridad. Pero hoy, hoy soy el filo que blande las plumas del búho, hoy estoy decidió a marchitar los campos del desinterés con la fragante intensidad de un aventurero hambriento de lavanda y gemas cósmicas; solo por hoy me permito desmantelar el capullo de titanio que me engañó con sus labios color turquesa, porque soy furia sin ataduras, pálido sin miedo al exilio de la oscuridad, pues, la luz acompaña mi presencia con la calidez del amor que emana de las luces petrificadas cantando en el vacío. La aventura no conoce a este argonauta, pero implora acompañarlo en su camino de auto descubrimiento, inclinándose por una gota de su aceptación se postra frente a él.