Ameli, la chica perfecta, o al menos eso reflejaba, era honesta, buena estudiante, buena hija, buena hermana, buena amiga. Todo lo que se refería a ella era bueno, menos su mente, donde albergaba todo tipo de pensamiento. ¡ERES UNA DESAGRADECIDA! TODO LOS SACRIFICIOS QUE HEMOS ECHO POR TI ¿Y NOS SALES CON ESTO? ¡¿AMELI QUE MIERDA TE PASO?! Perdón. Era lo único que podía decir cuando hacía algo mal, perdón. Dentro de esas palabras había un sin fin de emociones, ansiedad, decepción, ignorancia, complejos y más. Ella no lo merecia, el mundo no la merecia. •Temas delicados• se implora discreción y respeto. •No busca romantizar enfermedades mentales ni la violencia intrafamiliar•
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