A veces solo falta sembrar una pequeña semilla de dolor, para que brote el más puro rencor. ¿Tan difícil era pedir perdón? Me arruinaste la vida y parecía que nunca tenías suficiente. ¿O fue casualidad que acabarás conmigo? De mente Débil y frágil, así me mirabas y mientras tú querías arrebatar mi paz, alguien en silencio quería liberar mi alma separándola de mi cuerpo y si tenía que morir en el proceso, solo sería parte del método. Pero fue más triste amarte y tener que llorar en silencio.