Augusto es, por herencia, el futuro dueño de Import Line, una compañía de carácter internacional que se encarga de importar básicamente cualquier tipo de repuesto para vehículos. En el papel firmado por su abuelo está escrito claramente: Augusto Franco, dueño por herencia, pero en las letras pequeñas, aquellas diseñadas con trampa y malicia, aseguran que éste debe permanecer y administrar un hotel situado en lo más profundo del bosque durante un tiempo que solo conoce su abogado. Pronto algunas dudas y verdades salen a flote. ¿Quién se hospeda en aquel sitio al que ni un alma parece llegar? "Bienvenido al Hotel Zeus, señor Franco"