Joaquín era un chico normal de 17 años, un poco torpe y con facilidad para obtener un corazón roto. Emilio era un Ángel Guardián primerizo, terco y con cierta tendencia a romper las reglas. Existe una sola regla que Emilio jamás puede romper: no te enamores de tu protegido. Cuando el corazón roto y la naturaleza protectora se encuentran ¿podrán los sentimientos mantenerse al margen?