No fue hasta que lo vi ahí de pie contra la pared y vislumbré el arma en mis manos. Fue su sonrisa soberbia que disfrutaba ver lo que equivocada que estaba; fue la eminente verdad que nunca estuve preparada a enfrentar lo que me trajo a este lugar. Las ansias de sangre y la sed de venganza mal infundada y lo estúpida que puede ser una ignorante bien armada. Fui yo, que jamás supe distinguir entre norte y sur. Obra registrada en SafeCreative bajo el códigonúmero #1711194873996
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