El tiempo no se detiene aunque quisiéramos, mas los restos de un pasado siempre perduraran. Las lagrimas derramadas no pueden ser restauradas, la vida es sólo una, pero, ¿Qué pasa cuando se logra negociar con el destino? Pedir una segunda oportunidad para restaurar los errores del pasado, ¿Parece una buena idea no es así?, eso se pensó en un primer instante, pero sin querer se desato algo aún más peligroso. La historia se repetiría una vez más, pero el final nunca estuvo escrito.