Pero ninguno se percató de la verdad, de que trataba todo aquello. Mientras la personificación de la muerte planeaba su siguiente movimiento, la paz en Nueva Orleans estaba a punto de romperse y solo era cuestión de minutos para que Lilly pusiese todo patas arriba, y reclamara su trono de vuelta. Ella era la única capaz de enfrentarse a la Bestia. Era la única que podía proteger a su familia. La batalla había comenzado. ¿Se olvidarían los vínculos que les une sólo por venganza?