Siempre me han dicho que tengo buen corazón, que se escuchar, comprender y ayudar a todo y todos menos a mí mismo. Cuando escucho un problema, cuando los veo caer desesperados las palabras siempre surgen de mi boca y calma desde la mente más agitada hasta al corazón más roto. No creo que muchos lean esto, pero si lo hacen, lean lento y pausado, ya que este sera el lugar en donde dejo esas cosas que uno piensa pero jamás puede decir. Esta es mi guarida, este es mi altar.