Era una vez un pequeño petirrojo; De ojos azules como el cielo, De cabello negro como la noche, De piel y cuerpo de porcelana. De corazón de cristal. Era un una vez un pequeño petirrojo; Que cantaba por las noches, Que volaba por los días, Que entregaba sin esperar. Era se una vez un pequeño petirrojo; Al que sus alas rompieron, Al que sus plumas rasgaron, Al que sueños destruyeron, Al que ignoraron su presencia.