Siempre he sido de las que prefieren sufrir antes de sentir nada, es que el sentir nada para mí carece de sentido, porque ¿que sentido tiene la vida si no sentimos?. Después de cinco años aún sigo aquí, escribiéndote, dedicándote palabras. Créeme que no quiero, créeme que lo intento, pero dime como le aviso a mi cerebro que todo acabó, porque cada noche me atormenta con uno y otro sueño, recordándome que estás ahí, pero que al mismo tiempo no estás acá. Si tengo certeza de que lo mejor es que todo haya terminado, ¿por qué sigo pensándote de esta manera tan brutal?. Encontraré la forma de terminarlo, juro que lo haré.